Angela Padilla. Fábulas distópicas. Lima: La nave, 2023. 74 p.
En tiempos del consumo masivo y aletargado de reels y microvideos en tik tok en el s. XXI, el microrrelato parece ser el bien de entretenimiento natural de estos tiempos per se. Si bien posee tres componentes básicos (brevedad, narratividad, ficcionalidad), hay quienes dudan de su condición de literatura, o de si se puede ser un escritor de verdad escribiendo microrrelatos. Esta crítica es tan atendible como la defensa a rajatabla del “género”. En los lejanos años 60 Bob Dylan cantaba “The Times They Are a-Changin'” (“Los tiempos están cambiando”), aunque a estas alturas ya no sabemos si para bien o para mal.
Angela Padilla (Lima, 1994) se arriesga a publicar un primer libro de microrrelatos, en el marco de lo que mal se denominó como “emergencia sanitaria”. La gravedad del contexto da a la luz varios textos del libro. Dentro de los ejes temáticos destaca el bestiario que puede ser natural o sobrenatural-maravilloso, la alienación, y -de modo paradójico- la presencia de la soledad (¿es otra invención del sistema?); a nivel estilístico, la inversión de valores, el uso del humor y el sentido alegórico, sobre todo en los textos de CF.
“La otra Dulcinea” es su poética: la realidad produce tal “alergia” al personaje que resulta mejor leer libros de caballería, en suma, ficciones. Los libros son un arma contra la realidad hostil. La fantasía entretiene y es mejor amiga, siempre. Entonces, los tiempos no están cambiando: lo que cambian son los libros, las ficciones, solo eso, no la realidad.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos