Randolph Markowsky. Carnalidad cósmica. Lima:
Asterión, 2024. 79 p.
Este es el
tercer libro de Randolph Markowsky (Lima, 1972), de quien ya hemos comentado su
segundo libro El porquero del infierno y otros relatos (2023). Carnalidad
cósmica es un intento de ir más allá de lo que proponía en su anterior
libro.
Si algo
caracteriza a la NNP (Nueva Narrativa Peruana) del s. XXI sería que esta
producción estuvo “[…] marcada por el trauma del ciclo de la violencia política
(1980-2000), que haría que todo lo publicado en el siglo XXI sea NNP. Según el
establishment en medios periodísticos, los primeros años del siglo XXI
estuvieron dominados por la narrativa de la violencia y hacia la mitad de la
década pasada esta fue desplazada por la autoficción de la clase media-alta
limeña” (Honores, 2021). De entre los nuevos rasgos de esta NNP destacan hoy el
uso de la violencia y la representación del sexo en este “realismo residual”
(Honores, 2022).
Como toda
nueva generación la NNP trata de no parecerse a la anterior. En ese marco
-dentro de la tradición fantástica- el horror fue una opción poco explorada.
Con claridad dos solitarios autores de los años 90 transitaron por este
registro como Carlos Carrillo y Lucio Colonna-Preti, y quizás algo en la
narrativa de Adolph. En general no hubo tradición del horror sino hasta la
primera década del s. XXI. Al haber sido poco explorada quizás el uso del
horror de un mayor margen para la originalidad y para buscar una singularidad
dentro del campo de lo fantástico -en general.
Ahora bien,
este libro plantea más preguntas sobre el campo mismo, pues si consideramos que
el día de hoy lo más mainstream que se consume son las “novelas juveniles”,
esas sagas acerca de la vida amorosa adolescente del primer mundo, las novelas de
“fantasía”, y la cultura “kawaii”; el horror -en general- viene a confrontar
esa pasividad, ingenuidad, y mirada rosa sobre la vida contemporánea.
Lo más
interesante del libro es la reflexión de Markowsky “A manera de introducción:
Somos polvo de estrellas”, texto en el que el autor traza una genealogía de
autores del género de CF que trabajaron registros menos comerciales, y que
tuvieron en el sexo el leit motiv de sus historias. Esto es también
problemático porque cuando se habla de CF las referencias inmediatas son
Asimov, Bradbury, Dick o Clarke (cuya principal producción se remite a los años
50 y 60), y de ahí los consumidores saltan a Brandon Sanderson -dado que ya
pasó la fiebre por Game of Thrones de George R.R. Martin- o a Liú Cíxīn.
Algo similar ocurre en el registro realista local que de los clásicos realistas Ribeyro y Vargas Llosa se trasladan a
Bayly. Es decir, en ambas operaciones se dejan de lado una serie de autores
(¿“menores”?) en cada registro y con matices singulares.
Markowsky
decide así inscribirse en otra tradición de CF que no es la mainstream, sino
periférica, marginal o complementaria a la de los “grandes” referentes, como lo
son Farmer, Heinlein, Sturgeon o Le Guin, conocidos más por lectores de gueto,
o el fandom (excepto Le Guin). El autor traza algunas referencias adicionales
sobre la sexualidad, la representación en el cine erótico y pornográfico, con
la intención de “transgredir los límites de lo (sexualmente) insólito en los
géneros de fantasía y ciencia ficción, con un enfoque ciertamente disruptivo”
(12).
El libro
ofrece 5 relatos, 2 ubicados en un marco de CF, 2 “realistas” (incluida la
realidad virtual) y uno de corte historicista, dado que se ambienta en el mundo
prehispánico (¿“soñaron” los indígenas con pulsiones sexuales?). El resultado
es desigual dado que no hay dramaticidad, sino más bien espectacularidad y
cierto registro propio del realismo sucio. No llega a los niveles de
transgresión lírica entre lo sexual y lo distópico propuestos por Alberto Hidalgo
en Aquí está el Anticristo (1957), que le llevó a ser excomulgado (cfr. Nación
fantasma, 2024).
Si hay algo
que reconocer a Markowsky es el intento de salir de una zona de confort del
propio horror e intentar explorar otras cuestiones, como ocurre en el
lovecraftniano “El útero de Yidhra”, primer cuento del libro y el que mejor
expresa su estilo. Pero, si lo “kawaii” entretiene, ¿Puede entretener el
horror?
Elton Honores
Universidad
Nacional Mayor de San Marcos
Referencias
Honores, E. (2021). “Ricardo
Sumalavia (Dirección técnica). Selección peruana 2015-2021. Lima:
Estruendomudo, 2021. 240 p. Diseño de portada: Grettel Montesinos”. http://eltonhonores.blogspot.com/2021/09/ricardo-sumalavia-direccion-tecnica.html
Honores, E. (2022). “El realismo
residual”. http://eltonhonores.blogspot.com/2022/09/el-realismo-residual.html
Honores, E. (2024). Nación
fantasma. Ciencia ficción en la novela peruana (1917-1984). Lima: UNMSM.