lunes, 29 de julio de 2024

Alfredo Dammert/ Gonzalo Macalopú. Planetas perdidos. Lima: Altazor, 2024. 236 p.

 


 

Alfredo Dammert/ Gonzalo Macalopú. Planetas perdidos. Lima: Altazor, 2024. 236 p.

Ingeniero industrial de profesión, Alfredo Dammert (Lima, 1944) inició su producción de ficción en 2008 con Batallas perdidas, a la que siguieron diversas novelas de CF, como Planetas perdidos en 2015. El leit motiv de la novela es la búsqueda de la mujer amada alienígena raptada a través de un viaje a otros planetas. Para Hans Rothgiesser (2015), la novela tiene como registro principal la aventura y “tiene mucho de John Carter o de Adam Strange”. Sobre el personaje central sostiene que es un agente “[…] pragmático.  No tiene ningún problema en engañar o en hacerle creer a una nativa de que está enamorado de ella, con tal de conseguir lo que quiere.  Esto es algo que Flash Gordon o Buck Rogers jamás harían”. Carlos de la Torre (2021) destaca del personaje central su “amplio conocimiento sobre las distintas culturas que habitaron la Tierra, lo cual le facilita interactuar con la sociedad extraterrestre con la que se encuentra. Este conocimiento, sumado a la disciplina que le brindó su oficio como profesor universitario de Historia, conecta con un pragmatismo casi amoral, que le permite realizar sus objetivos” (21).

 Sobre la novela también se ha dicho que “nos acerca al Tristán e Isolda de Wagner y al Drácula de Coppola por aquello del amor eterno, reúne bellas escenas románticas. En ellas, fiel a su estilo, se rinde pleitesía a los idilios complicados” (El peruano, 2017). El propio Dammert ubica su novela dentro de la space opera a la que define como “telenovelas o romances espaciales” (op. cit.). Planetas Perdidos integra una trilogía completada con Años Luz (2016) y Retorno a la Tierra (2017).

Lo que ofrece esta reedición es la novela original y una adaptación libre de Gonzalo Macalopú (1991), arquitecto y artista gráfico. Sobre la novela original de Dammert, además de la aventura en sí, ya mencionada como estructura, destaca este amor interracial, cuyo hito se encuentra en The lovers (1952) un relato original de Philip José Farmer, ampliado como novela en 1961, que no estuvo libre ni de la censura o polémica al plantear la posibilidad de este enlace. Aunque no se detalla en la novela, la amada alienígena es humanoide en su forma con algunas singularidades menores. De otro lado, los códigos de la cultura de masas sirven para explicar ese mundo, es decir, ya están integrados en el mundo intratextual. En cuanto al personaje central (el historiador), no es casual que se tenga esa profesión, ya que supone un reducto humanista frente a lo tecnológico representado. Finalmente, otro elemento es lo maravilloso, ya que esos otros mundos poseen el mismo lenguaje humano, y tanto la abducción a otros planetas, el viaje espacial, etc., no causan sorpresa en el personaje: se asumen de modo natural.

En cuanto a la adaptación libre de Macalopú del texto fuente de Dammert, ofrece en esta novela gráfica el mismo leit motiv, pero se constituye en otro producto que amplía la significación de la trama, al punto de construir otra historia, al potenciar la violencia de la guerra: es un discurso antibélico. La pérdida de la amada alienígena abducida por otras fuerzas, que buscan convertirla en procreadora o matriz de una raza en extinción, se percibe más angustiante. Asimismo, la otra mujer alienígena que ayuda al personaje central resulta más compleja en sus acciones y pensamiento, y adquiere mayor protagonismo (una suerte de femme fatale). Esta versión ofrece mayores recursos visuales, desde el expresionismo gótico del Das Cabinet des Dr. Caligari (1920), Metropolis (1927), pasando por las seriales de Flash Gordon, las películas de Mad Max, The Matrix (1999), el cine Z, o referentes de la pintura como H. R. Giger o incluso el propio Picasso. Se aleja de space opera para proponer una obra con mayores referencias al mundo contemporáneo. Si bien la obra se presenta en escala de grises, ganaría mayor potencia si se sumara color a las ilustraciones originales.

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos