domingo, 24 de julio de 2016

José Güich Rodríguez, Carlos López Degregori [y] Alejandro Susti Gonzales. Del otro lado del espejo. La narrativa fantástica peruana. Lima: Universidad de Lima, 2016. 299 p.




José Güich Rodríguez, Carlos López Degregori [y] Alejandro Susti Gonzales. Del otro lado del espejo. La narrativa fantástica peruana. Lima: Universidad de Lima, 2016. 299 p.

Del otro lado del espejo. La narrativa fantástica peruana, cuya autoría corresponde a José Güich, Carlos López Degregori y Alejandro Susti, es un estudio panorámico compuesto por diversos ensayos independientes que otorgan al lector una idea clara de la tradición fantástica local. El libro está dividido en tres partes: “Modernismo y Vanguardia” (Clemente Palma, César Vallejo, Abraham Valdelomar); “Cuatro autores de los cincuenta” (José Durand, Julio Ramón Ribeyro, Luis Loayza y Manuel Mejía Valera); “De los sesenta a los noventa” (José B. Adolph, Rodolfo Hinostroza, Harry Belevan, Carlos Calderón Fajardo y Enrique Prochazka). Este libro aparece en uno de los mejores momentos para los que siguen y estudian esta tradición, ahora quizás ya no tan marginal, sino más bien, menos marginal. En unos meses se anuncia también la edición del trabajo de Audrey Louyer titulado: Arbre, passages et constellation : approches de l'expression fantastique au Pérou (1960-2014) -Árbol, pasajes y constelación: enfoques de la expresión fantástica en Perú (1960-2014)- que ampliará y completará el panorama a la producción del siglo XXI.

Volviendo a nuestro libro, los autores propuestos en el conformarían un “canon” fantástico peruano del siglo XX, y no hay dudas tanto de la calidad como de la validez de su inclusión en este trabajo tricéfalo. Como en la mejor tradición clásica, este cancerbero es una digna amenaza al status quo literario. Sin duda, destaca el rescate de dos autores del 50s como Mejía Valera y Durand, a quienes se debe reeditar con urgencia, pues corren el riesgo de ser meros entes fantasmales e inasibles inventados por los autores de este libro, ya que sus libros se publicaron en México hace ya varios años y no existen ediciones locales de Desvariante, Un cuarto de conversión o El testamento del rey Midas, principalmente. Así mismo, la revaloración de la narrativa de César Vallejo desde las coordenadas de lo fantástico, a-pa-le-a-do por los “Humbertos Grieve” (los que solo idolatran su obra poética y rechazan radicalmente su narrativa). En cuanto a la tercera parte, esta es la más sugerente, pues establece una continuidad con esa gran eclosión fantástica de los años 50s y se abre a nuevas perspectivas, horizontes, sensibilidades y que resultarán más cercanos al lector del siglo XXI. Quizás lo que habría que decir es que cada autor de este trabajo posee una sensibilidad que ha orientado a elegir determinados textos, sacrificando otros más justos. La importancia del trabajo es que permite diseñar un “canon” fantástico que permitirá futuras discusiones sobre el mismo.

Hace cerca de cuarenta años, el mainstream literario tuvo la oportunidad de darle valor y legitimidad a la narrativa fantástica peruana, a través de la aparición del extraordinario Escuchando tras la puerta (1975) de Harry Belevan. Y no ocurrió así, porque en el prólogo de nuestro nobel Vargas Llosa titulado “Harry Belevan o el robo perfecto” establece una serie de prejuicios que se han venido repitiendo a lo largo de los años. Nociones como “extraterritorial”, “extranjerizante” o “literatura parasitaria” solo revelan que detrás de las palabras del nobel, hay un discurso de izquierda propio de esos años revolucionarios que mira con desconfianza todo aquello que subvierta las formas canónicas del realismo decimonónico. Qué distinto hubiese sido un prólogo realmente consagratorio, quizás los prejuicios hacia lo fantástico habrían sido mucho menores –sin embargo, esto sería ya entrar en una ucronía y no en la historia real- por ello, la relevancia de este libro, que desde la institucionalidad cobra revancha, absuelve y realiza un acto de desagravio a todos los autores fantásticos, desde el propio Belevan, a autores como Adolph o Calderón Fajardo; y muchos otros como Rivera Saavedra, Rivera Martínez…

Se piensa lo fantástico en la crítica, desde coordenadas espaciales (centro/canon vs. periferia/marginal o “realismo social” vs. “fantástico”). Si bien es cierto que el ejercicio de lo fantástico no fue bien visto por los críticos del periodo, en el fondo, esto aún ha variado muy poco. Y tampoco lo plenamente fantástico es marginal, pues hay varios espacios intermedios en los mundos de ficción (que permiten más bien “indefiniciones” de lo fantástico antes que su ubicación precisa en esta modalidad discursiva), que no gozan del beneficio de la “crítica”. Hay más marginalidad de lo que se piensa (es decir, los autores seleccionados de Del otro lado del espejo, son los menos marginales de un grupo de marginales compuesto por marginales de la marginalidad estética). Y tampoco ser marginal es sinónimo de calidad.

Sobre el título del libro: ¿Del otro lado de espejo? Tengo mis dudas de si lo fantástico en Perú o Latinoamérica es como en el texto de Lewis Carroll, solo un juego de espejos (que remite al reflejo invertido). Si lo fantástico es así (mirar desde dentro del espejo hacia el exterior-la realidad) las connotaciones marxianas de la literatura como “reflejo” son claras. Pero ¿se trata de un solo espejo o de varios? La “metáfora” del espejo funciona como “mirar” la realidad, siempre que no se deje de lado el factor ideológico. Por ejemplo, todos hemos leído 1984 de Orwell y sabemos lo que significa el Estado totalitario, pero ¿qué ocurre si el lector es un neo-fascista del siglo XXI? ¿Rechazará ese orden o lo mirará con admiración? Lo mismo ocurre con el autor, quien tampoco escapa a una perspectiva ideológica. Cada quien puede titular el texto como le parezca más justo. Esto no es en modo alguno una queja, sino más bien una defensa de la singularidad. 

En síntesis, Del otro lado del espejo continúa con la exploración de esta tradición, a la vez que demanda ya una segunda parte, una especie de lado B de los marginales, en el que se pueda incluir alguna de las voces femeninas (como Sara María Larrabure o Pilar Dughi), lo cual será una demanda para este trabajo. Del otro lado del espejo es un libro importante y de referencia para la historia y crítica literaria. Que este libro sea un espejo hechicero, que no sea cubierto por ningún velo negro ni se rompa jamás ni se pierda en las tinieblas del tiempo

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos