Víctor
Ruiz Velazco. La felicidad es un arma caliente. Lima: Animal de invierno, 2015.
99 pp.
Es un lugar común afirmar que
la narrativa del siglo XXI está influenciada notablemente por la cultura de
masas. El libro de cuentos de Víctor Ruiz Velazco (Lima, 1982) no es ajeno a
esta idea dominante, sobre todo por la presencia del rock o el cine (sobre todo
la “comedia romántica” del cine norteamericano, pero sin el “happy end”). Las
referencias van desde The Beatles a David Bowie, de Leonard Cohen a Bob Dylan,
es decir, se trata de un libro de arquitectura musical, de crónicas urbanas
sobre un mundo globalizado en el que predominan los afectos. Estos (sobre todo
el amor) son vistos desde una nostalgia que engloba rock y amor como en High Fidelity (2000) de Stephen Frears, sobre
todo en los cuentos “El lugar más horrible” y “Mujer con perro” con gran
dominio del absurdo y del humor. En ellos, los personajes son inmaduros, se
sitúan entre la zona de confort del sujeto soltero, que posee una vida
independiente frente al compromiso de aceptar una relación y vivir juntos con
otra persona.
Otros textos abordan la
relación entre padres e hijos y sus implicancias afectivas (la distancia, la
figura desconocida o ausente del padre). Pero Ruiz Velazco tiene el buen gusto
de no hacerlo desde el trauma psicológico o la angustia sino desde la
nostalgia. Esto ocurre en “Una lección de manejo” (en el que hay cierto guiño a
Los amantes del círculo polar de Medem,
en las cartas de amor infantil) o “This land is your land”. Son historias de un
pasado personal que uno puede evocar como cuando escucha una vieja canción.
Las relaciones de pareja serán
otro eje del libro. A los ya citados, tenemos que en “La edad perfecta” se
narra los últimos momentos de la unión de una pareja de amantes. Todo parece
funcionar por años (aunque ambos estén marcados más por la rutina o el hábito),
pero si el lector presta atención es claro que desde el comienzo hay dos
fantasías que se oponen: lo que uno hace (o piensa) frente a lo que el otro
desea en realidad. Es como un juego de poder en el que alguno tiene que ceder,
pero que en el fondo, ninguno apunta hacia una misma dirección o futuro común.
En ese sentido, el viajar no es solo salir de la rutina laboral, sino que “viajar”
es escapar de la propia relación. En “Tres amigos”, el mejor texto del libro
(es un cuento redondo, perfecto) retoma la idea de la vida comunitaria de
amigos que se enamoran al modo de Singles
(1992) de Cameron Crowe. El cuento –como muchos otros del libro- esa atmósfera
ribeyriana marcada por el fracaso del héroe o la inercia futura.
La
felicidad es un arma caliente –título de una canción
incluida en el álbum blanco de The Beatles- parece indicar que la felicidad
dura un instante, lo que dura el fogonazo del disparo, pues luego, este se va
desvaneciendo en el aire o se reduce a humo.
Elton
Honores
Universidad
Nacional Mayor de San Marcos