Carlos
Rengifo (Comp.) ¡Bienvenido, Armagedón! Lima: Altazor, 2013. 134 pp.
Esta compilación de Carlos Rengifo reúne doce narraciones
sobre el fin del mundo y sus variantes subjetivas. El fin del mundo no es solo
el apocalipsis global sino la muerte de la humanidad, a través del individuo y su
disolución como ser humano absorbido por la tecnología, tal como se desprende
del prólogo. Destacan “Arabella: serie B” de José Güich, que rinde homenaje al
cine norteamericano de serie B de los años 50, a The Twilight Zone. El anuncio de un colapso global se sigue desde
un mundo rural en el que una familia sobrevive junto a una singular “mascota”
que cobrará dimensiones extraordinarias. En este caso, lo monstruoso está
integrado a lo familiar e incluso puede servir de protección física, con lo
cual quiebra el paradigma de lo “normal”. Es un relato soberbio que reafirma a
Güich como uno de los narradores más sólidos en esta orientación imaginativa. “Un
nuevo inicio” de Pedro Novoa es un texto breve y contundente. Nuevamente sobre
la base de la devastación, un par de sobrevivientes buscan prolongarse en un
nuevo ser, que tendrá dimensiones monstruosas, como parte de ese nuevo mundo en
destrucción. Hay un guiño al cuento “El día trágico” de Clemente Palma, de
similar situación. “Un quizá definitivo” de Carlos Saldívar propone la desmaterialización
de dos sujetos místicos (maestro y discípulo) frente al horror del Armagedón lo
que los lleva a otro nivel de existencia post-catástrofe y “La máscara del fin
del mundo” de Daniel Salvo, con un diálogo intertextual propone la visita de
seres primordiales fundadores cuyo discurso no es tomado como verdad por los
humanos y se convierten en fuente de diversas ficciones. Al final deciden que
el único camino es destruir la tierra. Son también ángeles exterminadores. El
relato está en la onda del film Knowing
(Presagio, 2009) de Alex Proyas.
Completan el libro textos de Ronal Arquíñigo, María Alzira, Grecia Cáceres,
Víctor Coral, Rafael Juárez, Juan Carlos Méndez, Antonio Moretti y Jorge Ureta.
Sin duda, el libro es de lectura recomendable para los amantes de las
catástrofes y narrativa apocalíptica, en estos (supuestos) últimos días del
planeta tierra.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de
San Marcos