Paul
Guillén. Poesía y psicoanálisis. Falo/Escritura en Enrique Verástegui. Lima:
Perro de ambiente, 2015. 118 pp.
Paul Guillén (Ica, 1976) poeta y crítico literario es
autor de Poesía y psicoanálisis.
Falo/Escritura en Enrique Verástegui. El libro es su tesis de
licenciatura adaptada al formato libro, que no deja de lado el aparato teórico,
en este caso el psicoanálisis lacaniano. En el prólogo se sostiene la poesía de
E. Verástegui (Cañete, 1950) “es una forma de lucha contra el capitalismo
alienante que comprime y enajena al ser humano” (10), de ello se desprende el
lado político de Verástegui que se apropia de los propios conceptos y valores
de la sociedad capitalista para rearticular un programa poético en el que se
inscriben diversos registros formales y temáticos. Guillén es consciente
también que existe una problemática sobre la posibilidad del abordaje de textos
poéticos por el psicoanálisis (12-13).
El capítulo I se concentra en la recepción crítica de la
poesía del autor de En los extramuros del
mundo. La principal crítica que hace Guillén al estado de la cuestión
crítica es el carácter sociológico que ha dominado la lectura de la poesía
peruana, que condiciona el texto al contexto de modo mecánico y torpe, para
dejar de lado realidades metafísicas o líricas (17) que se potencian en los
textos de ficción. Así mismo rechaza el privilegiar lo dominante (la
narrativismo) y dejar de lado otros elementos por considerarlos marginales
dentro de la poesía de los años 70 (el surrealismo, el simbolismo). En cuanto a
la noción del “poema integral” de Hora Zero que estudia el autor, nosotros
agregamos que conecta también con el peso del “boom” y su propuesta de la “novela
total”.
El capítulo II analiza la idea de poesía de Verástegui y
se sostiene que “cualquier texto produce estructuras sociales sea llamado
fantástico, metaliterario o neorrealista […] todo texto al ser parte de la
sociedad no puede escapar de ser un elemento cultural y político […]” (51).
Todo esto para defender una lectura que privilegia la obra más como un fenómeno
artístico que como mero fenómeno social. Guillén hace un recorrido de las
influencias de Verástegui desde un punto de vista técnico-poético que se
refractan en sus poemas. El capítulo III estudia en concreto el libro Monte de goce, al que se le atribuye un
carácter posmoderno y se lee desde la teoría lacaniana.
El
libro es un trabajo teórico y hermenéutico importante, sobre todo para el
análisis poético. De otro lado, aborda a un poeta clave de la lírica peruana de
la segunda mitad del siglo XX, aún vigente como modelo. Si bien el “circuito” de
libros de crítica literaria es muy reducido o nulo respecto del “mercado” de la
ficción (narrativa y poesía) que sigue siendo aún artesanal o premoderno, en
los términos de Cornejo Polar, esperamos que este trabajo concite la atención
no solo de los lectores de poesía sino de aquellos interesados en explorar
desde una lectura académica la obra de Verástegui.
Elton
Honores
Universidad
Nacional Mayor de San Marcos