Literatura fantástica y ciencia ficción en Perú e Hispanoamérica * Fantastic literature, fantasy, horror fiction, science fiction, cartoon, comic in Peru and Latin American
martes, 11 de enero de 2011
El Clon de Borges de Campo Ricardo Burgos López
Título: El Clon de Borges
Autor: Campo Ricardo Burgos López
Número de Páginas: 124
Editorial: Edición de Autor
Ciudad: Bogotá
Fecha: Diciembre de 2010
Tapa: Rústica
ISBN: 978958447703-3
Me atrevo a decir que Campo Ricardo Burgos López (Bogotá, 1966) ha escrito una de las obras maestras de la ciencia ficción latinoamericana contemporánea: El clon de Borges (2010). Debo confesar que no me había divertido tanto desde Las aventuras del Barón de Münchhaussen de Bürger, que tengo como libro de cabecera, simplemente imperdible, infaltable en la biblioteca de un lector culto. Para escribir ficciones inverosímiles, imposibles hay que saber mentir, no importa el motivo, puede ser cualquier cosa, lo que importa es mantener la ilusión de lo posible. Aunque para algunos las categorías de verdad y ficción son opuestas, creo que en la novela de Burgos hay mucho de verdad.
Podría decir que Burgos es bizarro en su propuesta, pero también es iconoclasta, o mejor aún, yendo en contra de las convenciones, logra desarticular el sistema literario a partir de la especulación sobre la posible existencia, en el tiempo actual, de un clon del gran escritor argentino Jorge Luis Borges. Si bien existen múltiples novelas sobre el tópico del doble (que tras los avances de la ciencia, asume ahora otras formas), en ésta, se sirve el autor para desmitificar al propio Borges; a la vez que se presenta una novela de ideas que muestran las taras de la crítica literaria, de las historiografías e incluso de la propia teoría. Fíjense que esta operación no es poca cosa.
Mientras leía esta estupenda novela corta de ciencia ficción, me iba llenado de una leve sospecha, que confirmaba que los críticos no somos más que clones de un autor específico, intentando comprender los meandros, los enigmas de sus creaciones, en suma, develando los misteriosos pasajes, territorios, laberintos con que un autor va llenando ese vacío, esa página en blanco. Intentamos ser clones porque cuando operamos críticamente, queremos llegar a comprender todos los sentidos –matemáticamente– posibles de un texto, escrito por un autor, de carne y hueso e imperfecto. Queremos en suma, estar en la posición del autor, ponernos al mismo nivel lógico. Me suena falso lo del distanciamiento entre lector (crítico) y autor. Un crítico es un clon, alguien que imita, que se alimenta y especula gracias a los buenos escritores y sus libros (dixit: cuando leemos a Borges, “queremos” ser Borges, etc., aunque la teoría diga lo contrario). El teórico intenta ponerse por encima de todos, ver más allá, pero no puede escapar a su condición de clon de otros (teóricos). Pareciese como si el único ente original fuese el propio Dios. Y como se señala en la novela, es el único lector cuyo juicio estético realmente le importa al Borges dos, el clon, porque lo sabe todo y contiene el pensamiento de toda la humanidad.
La novela es también la historia del profesor Antonio Saker, probablemente alter-ego de Burgos, deliciosamente pintado en su condición laboral, que recibe la extraña invitación de Miguel Ospino, podríamos decir, más que un fan, es un “devoto” de Borges y (como nos enteraremos después) uno de los agentes que promovieron la clonación del Borges original, para obtener al Borges dos. Su “devoción” va más allá de la simple acumulación de obras, o de construir un museo de extrañas variantes de posibles del sujeto Borges. La clonación humana, con los dilemas morales que implica, no están exentos en la novela; pero más importante es el puro goce personal de la literatura: el Borges dos ha continuado la obra del Borges original, cuentos, ensayos y novelas. En El clon de Borges se deslizan fragmentos de estos textos apócrifos. La sola escritura real de éstas, daría pie otras obras, a otros libros, quizás igual o más memorables que los del propio Borges real. Imaginad la posibilidad de leer esos magníficos libros, que jamás llegarían a una edición masiva. Son libros únicos, privados, que recuperan de cierto modo el “aura”.
Sería magnífico que la novela de Burgos, llena de paradojas y reflexiones delirantes, encuentre canales adecuados para su difusión masiva en ámbito hispanoamericano y sea así clonada por los lectores. Otra posibilidad sería que sea leída solo por los amigos. En este segundo caso estaríamos ya dentro del universo insólito (pero posible) que la propia novela planeta. Elegid vosotros. Para mí este libro es, simplemente, una pequeña obra maestra.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola