Colección Gótica de La República: ¿Los tiempos están cambiando?
Desde el próximo lunes 17 de enero, el diario La República de Lima, entregará a sus lectores una nueva colección de libros condensados, al parecer, en la línea del plan lector escolar. Sin embargo, llama poderosamente la atención que esta vez sea una colección completa de relatos de terror, en una serie denominada como “Gótica”.
En una anterior colección podían encontrase autores como Lovecraft, Poe o Clemente Palma, pero esta nueva sigue la misma línea estética. ¿Cuál es la razón? Quizás responda a la demanda existente en el público lector adolescente de este tipo de historias (tipo la saga de Crepúsculo), a la vez que expresa que la cultura de masas (tan vilipendiada por los puristas) sigue vigente.
Más allá de clásicos como Stoker, Irving, Shelley, Lovecraft, Poe, Hoffmann o Maupassant, hay tres libros que me resultan sorprendentes: El castillo de Otranto de Walpole, El monje de M. Lewis y Melmoth, el errabundo de Charles Maturin. Estas tres novelas góticas clásicas, por primera vez son editadas (y leídas) masivamente, aunque probablemente en formato condensado. Igual resulta significativo.
Quizás el gusto del lector esté cambiando, cansado ya del registro realista (aunque también puede leerse que esta colección “gótica” está orientada hacia los adolescentes y por lo tanto, no a un público adulto, que busca cosas más serias). Lo cierto que la edición de estos pequeños clásicos, puede ser leído como signo de cambio o de cierta apertura.
No nos sorprendamos que ante el interés por este tipo de literatura, en breve, la mirada editorial limeña se vuelque sobre los autores locales (sería magnífica esta posibilidad). Hay muchos narradores de literatura fantástica y de terror en el Perú y sería un desperdicio desaprovechar ese producto peruano, que a veces, con muchas dificultades, logran salir a la luz. Muchos de estos autores han tomado conciencia de la necesidad de crear esta marca o producto peruano para su propia producción fantástica; los menos, siguen manteniendo casi en su totalidad, elementos foráneos. Aún como fenómeno en sí, esta producción local es más que interesante. Sería ideal que alguna editorial local inicie una colección similar, pero con autores peruanos. Los lectores quedaríamos agradecidos.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola