miércoles, 29 de febrero de 2012

Glosas a “La cartografía y las burlas literarias” (2012) de Gustavo Rodríguez


Glosas a “La cartografía y las burlas literarias” (2012) de Gustavo Rodríguez


En la conferencia “La cartografía y las burlas literarias” (2012) presentada ayer en el CCE por Gustavo Rodríguez, el autor propuso una nueva cartografía de la literatura peruana*. Una cartografía es un modo de organizar la realidad (en este caso, literaria) en términos espaciales desde un punto de vista subjetivo e ideológico, pues es también un instrumento de poder. La cartografía de Rodríguez (cuya clasificación fue hecha en colaboración con Javier Ágreda) plantea tres grandes espacios territoriales (en donde hay escritores que se ubican en el límite o frontera):

a. LA ACADEMIA (Fernando Iwasaki, Jorge E. Benavides, Mario Bellatin, Iván Thays, Rocío Silva Santisteban Patricia de Souza, José Donayre, Selenco Vega, Marco García Falcón, Santiago del Prado. Gustavo Faverón, Luis Hernán Castañeda, Carlos Gallardo, Johann Page, Sandro Bossio, Lucía Charún, Claudia Ulloa, Susanne Noltenius,… ).
b. EL REALISMO URBANO (Jaime Bayly, Oscar Malca, Javier Arévalo, Sergio Galarza, Raúl Tola, Carlos Torres Rotondo, Rilo, Julio César Vega, Gabriel Rimachi, Juan José Sandoval,…).
c. CULTURA MEDIÁTICA (Enrique Planas, Beto Ortiz, Santiago Roncagliolo, Gustavo Rodríguez, Katya Adaui,…).

Nótese que los espacios territoriales literarios están pensados desde el espacio urbano. Evidentemente es necesario completar el esquema con la narrativa andina, que tiene en José María Arguedas a su principal representante. Ahora bien, ya en “Hipótesis sobre la narrativa peruana última” (1979), Antonio Cornejo Polar planteaba tres líneas dominantes en la narrativa peruana de los años 50’ vigentes el día de hoy:

a. NARRATIVA FANTÁSTICA
b. REALISMO URBANO (que debía consolidar una narrativa popular)
c. NEOINDIGENISMO (O lo que podríamos denominar hoy como narrativa andina).

Claramente, podemos traspasar –en términos generales– la llamada “Academia” con ciertas formas de lo “Fantástico”, toda vez que como señaló el autor, entiende por academia a aquellos que tienen formación en Literatura. De otro lado, el aporte de Rodríguez al planteamiento de los espacios radica en la llamada “cultura mediática” (que no tiene que ver con el tema en sí sino con la presencia “en” los medios. Queda claro que la “academia” y el “realismo urbano” se “mueven” en otros espacios), casi ausente en el contexto de Cornejo Polar y muy presente desde los mediados años 90 en adelante y más aún el día de hoy (al igual que Internet que configura un nuevo campo). Si bien Rodríguez se centra en autores que borden los 30 y 50 años, pensando estos territorios como “capitales” –e integrando la línea ya anotada de lo andino- tendríamos cuatro espacios y cuatro figuras pilares:

A. Narrativa Fantástica (La academia): Clemente Palma.
B. Realismo Urbano: Mario Vargas Llosa.
C. Narrativa andina: José María Arguedas.
D. Cultura mediática: Jaime Bayly.

Llama mi atención que si bien los cuatro modelos son vigentes, el más antiguo es din duda Clemente Palma (y por extensión la línea de narrativa fantástica) Evidentemente el problema radica cuando el lector/crítico concentra toda su atención solo en “su” territorio (que puede ser andino, realismo urbano, fantástico o mediático), pues hace que los otros territorios queden fuera de su campo visual, cuando lo importante es tener una mirada omnisciente (desde arriba) que nos permita entender estos cuatro espacios (incluso el espacio de las literaturas amazónicas) como la “totalidad contradictoria” que planteaba Cornejo Polar, acaso como una nueva reconfiguración del panorama narrativo peruano, en el que todos los autores forman parte de nuestra nación y todos son parte de nuestro patrimonio literario. Rodríguez añadió en la ronda de preguntas la necesidad de “replantear la idea idílica de lo andino”, toda vez que el espacio urbano/limeño ha sido desbordado por los migrantes, en suma, Lima es más mestiza y menos “limeña” de lo que aún se cree.



Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola




* Previamente habló Rodríguez de cuatro territorios de la cultura: Horrorland, Freakland, Talentoland y Pendejoland. Buen ejercicio mental sería pensar estos territorios (sobre todo el de Talentoland) a la literatura peruana actual, para revalorar a autores que ameritan una relectura.