SUMALAVIA, Ricardo. Enciclopedia plástica. Estruendomudo, 2016.
Cuando decidimos retornar a una vida
anterior, o recuerdo arqueológico, no lo hacemos con el objetivo de resucitar
un calor melancólico, sino de retomar las palabras, los significados, los
verbos, con una óptica copernicana que nos permita desplazar los astros, los
signos, a su respectivo lugar: errantes en busca de significado alrededor de
una estrella, el lector, el lenguaje.
Los Nostoi
no clausuran el porvenir de la mirada, sino que, a la sazón de un entomólogo,
estudia y disecciona el prosoma pensante, la máquina funcional de nuestros
actos y razonamientos. Entonces, observar el horizonte inverso no es precipitar
la sal en nuestra piel, como convidados añorantes de lo que siempre retorna,
sino comprender el vibrato resonante de un coro que ha cantado fatalmente lo
vivido, sin siquiera haberlos escuchado.
Viaje a hacia la semilla, el regreso a la hechura
del lenguaje, la realidad, es sustancial; no hay otra manera de reconstruir la
red arácnida que el inconsciente brinda a través de luces fulgurantes, breves,
donde la significación burbujea en relación al magma de los pensamientos, como
lo hace Enciclopedia plástica, de
Ricardo Sumalavia, en el que cada oración es un mundo, un universo de lo
desconocido, empero cotidiano, regresado de manera mínima y plástica.
El relato conciso no es ajeno a Sumalavia, dado que
es la savia con que alimenta su narrativa. A través de sus diferentes libros,
verbigracia, Habitaciones (1993), Retratos familiares (2001) y Enciclopedia mínima (2004), el autor
explora y trasunta, cada vez con mayor maestría, el referente cercano, las
situaciones familiares, de una ciudad y hogar, que es tanto el nido donde
crecemos como el reclusorio en el cual nos sentimos extraños y solos; estas
máximas, por supuesto, vertidos en una serie marcos prosísticos en el que se
logra capturar el momento, lo extraordinario, el espanto de lo real y verdadero.
Con ello, no dudamos en afirmar que Enciclopedia
plástica se muestra y cimenta como el libro cardinal y referencial del
relato breve, tal cual lo hizo alguna vez Ajuar
funerario, de Fernando Iwasaki.
Al abrir el volumen, no estamos ante un conglomerado
de relatos juntados por el azar, puesto que presenciamos la unidad y linealidad
del tema: la plasticidad de la vida en diferentes etapas de la existencia. A
través de estos vidrios, microscopio verbal, se presentan y son estudiados los
escritores, actrices porno, matrimonios, esposas, hijos, padres, abuelos,
vecinos, mascotas, parientes, y diferentes oficios cotidianos; no obstante,
desnaturalizados de su significado primigenio, pues a la manera de un escultor
frente ante una roca de mármol, no solo visualiza la fuerza compacta en sus
átomos, sino la esencia misma de aquella: su anatomía metamórfica.
Lo plástico es propio del artista, tanto verbal como
visual, sin embargo, en Enciclopedia
plástica, esa praxis está trasladada a las personas del referente diario,
en el que ellos intentan transformar las minucias de lo común en elementos
extraordinarios, donde los personajes dejan de lado su haz positivista,
comprobable, pragmático, científico, por un tamiz más sublime, dialéctico,
crítico, y performativo. No obstante, el proceder de cada corifeo se debate
entre el asir a su referente, o conjeturarse a una hybris; en ambos casos, el viaje vivencial e
introspectivo a través de las significaciones se produce naturalmente.
Así, las ochos partes que conforman el texto de
Sumalavia nos brindan una entrada, una ventura en cada resquicio del ser
humano: el oficio artístico, en el cual las escenas familiares se convierten en
la poética per se de la literatura; la
destreza de la reflexión, en el que los libros nos ayudan a retroalimentar las
cavilaciones recogidas de la realidad; la vida conyugal, donde la música del
amor vela los despojos sintagmáticos de la relación sexual, el lapsus linguae; la ciencia de la lógica,
disciplina que evidencia in situ el aspecto lúdico de los silogismos mentales,
así como el absurdo en las mientes; la entropía de las circunstancias, la cual
genera un (des)orden en la vida mundana; la imagen femenina, quien genera la
dinámica de la escritura; la construcción del arte, en el que las palabras
hacen la argamasa de la poiesis artística; y el retorno a la arquitectura del
lenguaje, donde la poética se sostiene a partir de la techné y la tyche, pues
son gemelos embrionarios.
Como no hay un nostoi
sin una odisea, Sumalavia nos invita en cada estancia de su Enciclopedia plástica a traspasar el
lumbral de lo referencial con el fin de que conozcamos más el presente, pues en
cada introyección de sus relatos, retornamos hacia nosotros, es decir, a lo
desconocido, a lo extraño que vive en nuestro ser: el misterio de la creación y
pensamiento humano, fuego prometeico que nos abre la caja de Pandora.
Jhonny Pacheco
Universidad Nacional Mayor de San Marcos