Álvaro
Bisama. Taxidermia. Santiago de Chile: Alquimia, 2014. 239 pp.
Taxidermia es la
historia de un artista que sigue a otro artista (en este caso uno del comic). En
su defecto, aquel lo “diseca”, pero en un doble sentido: disecar al sujeto para
que entre al museo del arte, con lo cual se convertirá en objeto de culto; y
disecar en el sentido de entrar en piel, tratar de asirlo y aprehenderlo a
partir de la memoria. Esta memoria engañosa, distorsionada por el recuerdo, está
también diferida por medios tecnológicos, lo cual no solo genera interferencias,
sino también falsas percepciones o focalizaciones subjetivas. La novela de Álvaro
Bisama (Valparaíso, 1975) es la exploración por el mundo de cultura underground,
subterránea de un país imaginario, de obras inconclusas, sin ver, sin terminar,
los residuos del artista antes de la última explosión nuclear.
La poética de este artista marginal
busca “erosionar lo real” (35) lo que puede entenderse como corromper la noción
de realidad y de lo real, desgastar sus significados, con lo cual el arte
mantiene su carácter subversivo; a la vez, el arte es la única forma de sentir
el tiempo (54). En este caso, el tiempo nuestro es un tiempo de horror. Ya Danto
en El abuso de la belleza, señalaba
que en el arte contemporáneo aparecerá la repulsión, la abyección, el horror y
el asco como formas propias al arte. El artista “under” de la novela se mueve
en esos códigos y hace de su propia vida sexual, una “obra”, como si
perteneciese al “accionismo vienés”. Es aquí que su cuerpo se convierte en el
lienzo, el papel, en el que el artista lleva su cuerpo al extremo. Su fin es
llegar a lo real, lo que esconde la piel, lo que hay debajo de la realidad.
Taxidermia es un
paseo por el infierno que va de la estética del horror a la presencia virtual de
diversos monstruos (con guiños a la
serie B), la locura humana en un esplendor triste y frío. La principal virtud
de Bisama en este libro es la extrañar la realidad, el presente, el aquí y el ahora.
Este es un libro que solo Bisama podría haber escrito. Y el único mensaje
parece ser: vivir es desaparecer, hacerse luz. Y un modo de hacerlo es a través
del arte. Taxidermia es una novela
visual, perversa. Es David Lynch llevado al papel. Una luz no al final del túnel sino en el túnel terrestre.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de
San Marcos