lunes, 1 de abril de 2013

Narrativas del caos por Omar Pérez Santiago


Narrativas del caos.
-un ensayo sobre la narrativa de lo imposible en el Perú contemporáneo-

Lima: Cuerpo de la metáfora, 2012.


Precisiones necesarias sobre la literatura fantástica

por Omar Pérez Santiago



El profesor Elton Honores propone una enmienda importante sobre la conceptualización de la literatura fantástica en su libro “Narrativas del caos” y le otorga una amplitud, profundidad y ductilidad al concepto al proponer una nueva noción: la “narrativa de lo imposible” o “narrativa del caos”, para hacer mayor la contraposición con la literatura realista. “Lo que define a la literatura fantástica es lo imposible”.

En esta precisa visión, la narrativa de lo imposible o narrativa del caos incluye géneros como la ciencia ficción, el horror y el terror, “sensibilidades y registros que van desde lo absurdo a lo grotesco, desde la imaginación futurista al horror, desde la fantasía pura al drama existencial.”

Esta aclaración teórica de términos es muy oportuna, por dos razones.

Primero, para iluminar las disputas con el realismo literario y sus propuestas políticamente correctas donde el concepto fantástico se usa bastardamente como “fantasía” o “el proceso de imaginar”. El autor postula una disputa abierta con las corrientes predominantes del realismo social, el registro mimético verosímil que se cree superior y que invisibilizan las Narrativas del caos y que han tendido a excluirlas, a omitirlas, suprimirlas en la historiografía literaria o tratarlas como literatura menor.
Segundo, para corregir a cierta vana propensión excluyente, imprecisa y reduccionista que disminuye el concepto de literatura fantástica a sólo ciertas tradiciones (aquí ciencia ficción o más allá terror, etc), y que genera inútiles y permanentes confusiones sectarias. Son los chiquilines levemente exaltados e intolerantes fundamentalistas que destacan una solo área de la literatura fantástica, la que a ellos les conviene o promueven.

En el capítulo IV, Honores presenta y estudia obras recientes de 11 de los últimos narradores del caos. Los escritores peruanos que Honores encuentra “más sugerentes” son: Alexis Iparraguirre (1974), Alejandro Neyra (1974), Doménico Chiappe (1970), Lucho Zuñiga (1978), Aurora Seldon (1971), Blanca Miosi (1970), John Cuéllar (1979), Carlos Herrera (1961), Javier Nuñez (1982), Alfredo de la Cruz (1963) y Sebastián Esponda (1976).

En ese mismo espíritu inclusivo y comprensivo que comparto plenamente, Honores, finalmente, en el capitulo V, realiza una insinuante propuesta de clasificación de la narrativa del caos peruana (pero que quizá se puede aplicar a otras literaturas nacionales) desde el comienzo del siglo XX hasta la fecha y propone 7 líneas.
1. Clásico: autores como Clemente Palma y Julio Ramón Ribeyro, influenciados por Poe, Lovecraft y King.
2. Popular: que recoge el imaginario popular y cuyo paradigma es César Vallejo, Arguedas y Rulfo.
3. Humorístico: entre los que se encuentran Héctor Velarde y Luis Felipe Angell.
4. Microrrelato fantástico: sobre la base de modelos como Arreola, Borges y Monterroso.
5. Ciencia ficción: bajo la influencia de Asimov, Clarke o Bradbury
6. Lírico experimental: de carácter filosófico y lúdico en los modelos narrativos de Borges y Cortázar.
7. Fantasía atemporal: autores que reciben influencia de Tolkien, Stars Wars Harry Potter y el manga japonés.


[En: http://omarperezsantiago.blogspot.com/2013/04/precisiones-necesarias-sobre-la.html]