martes, 24 de abril de 2012

Entrevista a Pedro Luis Barcia



Entrevista a Pedro Luis Barcia

José Güich Rodríguez

Se encuentra en Lima, invitado por la Academia Peruana de la Lengua, el Dr. Pedro Luis Barcia (Entre Ríos, 1939)*, Presidente de la Academia Argentina de Letras y uno de los más importantes críticos, catedráticos e investigadores de la literatura no solo de su país, sino de toda el área hispanoamericana. Doctor honoris causa por prestigiosas universidades, su trayectoria y producción son vastísimas; destacan sus libros sobre literatura argentina, especialmente en el abordaje de escritores de los siglos XIX -como los del ciclo gauchesco-, o del siglo XX -como Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal y Adolfo Bioy Casares-. También son de gran importancia sus investigaciones sobre Ricardo Palma y Ruben Darío y el modernismo, en el plano continental. En el área de los estudios lingüísticos, ha realizado inestimables hallazgos en torno del habla de los argentinos y el lenguaje de las nuevas tecnologías informativas. De mirada amplia, lúcida, y dotado además de un entrañable y afilado sentido del humor, es toda una personalidad en el mundo intelectual argentino y un gran amigo del Perú. Lo conocí en 1992, cuando tuve la fortuna de ser dirigido por él, en Buenos Aires, dentro del Programa Latinoamericanos de Formación para Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina (CONICET), donde PLB es Investigador Principal. Es reconocido profesor de la Universidad de la Plata y de la Universidad Austral. Desde entonces, nos une una amistad que se ha fortalecido con el paso del tiempo. Resulta una satisfacción enorme entrevistarlo y quiero agradecerle infinitamente a Pedro Luis el tiempo que me ha brindado, a pesar de su recargada agenda limeña. También expreso mi gratitud a Marco Martos, Presidente de la Academia Peruana de la Lengua, lo mismo que al destacado crítico y profesor universitario Elton Honores, quien tuvo la generosidad de acoger esta conversación en su blog “Iluminaciones”.

*Pedro Luis Barcia participará en las siguientes actividades durante su estancia en Lima:
-Lunes 22 de abril, 10.30 a.m. ICPNA de Miraflores: «Leopoldo Lugones y la vanguardia», ponencia que forma parte del Congreso Internacional Poesía Hispanoamericana de la Vanguardia a la Posmodernidad, organizado por la UNMSM.

-Martes 23 de abril, 12.00 p.m. “El legado de Borges”. Conferencia. Auditorio Principal de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM.

-Jueves 26 abril, 7.00 p.m. “Martín Fierro: lo universal y nacional en el poema”. Conferencia. Instituto Raúl Porras Barrenechea. Miraflores.


JGR Borges es una de tus preocupaciones centrales como crítico e investigador de la literatura. Es innegable su valor de posición e influencia en otras tradiciones y no necesariamente continentales. Pero, por la singularidad de sus textos, quizá las nuevas generaciones de escritores y lectores manifiestan otra mirada, menos reverencial e incluso desacralizadora, una tendencia post-moderna -por una cuestión de nuevas sensibilidades e intereses-. ¿Qué diferencias existen entre los modos de recepción de su obra en la Argentina antes y después de su muerte?

PLB En vida, Borges generó reacciones encontradas, particularmemnte por sus declaraciones políticas urticantes (”La democracia es una falacia de las estadísticas”, “Me afilio al partido conservador porque es una forma de expresar mi escepticismo político”). Hasta la última década de su vida, la crítica ideológica de izquierda condenó a Borges como a un mandarín lúdico.Tardíamente, descubrieron facetas que no habían observado en su obra. En tanto, el pensamiento marxista europeo veía en él un derruidor de todos los valores consagrados. Recuerdo la respuesta de un muchacho italiano barbado, en 1970, en un café de Roma, que al verlo leyendo a Borges en italiano, le pregunté cómo un joven de look revolucionario leía a ese dinosaurio ideológico -como lo estimaban en mi país, por entonces-, a lo que me contestó algo tremendo: “Borges barre con todos los valores establecidos. Detrás venimos nosotros y construimos”. Era el ariete ideológico para deshacer, con su absoluto relativismo, el statu quo. Luego se impuso el lema: “Hay que matar a Borges”, y la negación (al menos manifestada) de leerlo para no padecer su influencia. Ignoraban lo que predicaba Goethe: “No hay buenas o malas influencias, sino buenas o malas naturalezas digestivas”. Borges borgesizaba lo que comía, con una notable capacidad de asimilación. En la actualidad, las nuevas generaciones hacen lecturas borgesianas posmodernas, en el sentido de que se lo lee desde la ironía, desde la sospecha, desde la recreación lúdica, etc. Es el autor de nuestra literatura que ha alcanzado mayor capacidad de influencia por su ensayística y narrativa en la literatura universal.

JGR Hispanoamérica experimenta hoy un saludable renacer de la narrativa fantástica, especialmente en países que no tuvieron, en el pasado, un desarrollo sostenido sino más bien periférico de esta corriente, como ocurrió en el Perú, a diferencia de la Argentina Uruguay o México. Hay un interés evidente por recuperar autores que quizá no fueron referencias establecidas, pero que los jóvenes descubren hoy, deslumbrados. Leopoldo Lugones es uno de esos escritores fundadores de modernidad que merecen más atención al respecto. Tú también lo has estudiado con rigor. ¿Cuál es el aporte sustancial de este autor a la construcción de lo fantástico argentino e hispanoamericano?

PLB En la Argentina, tal vez el Adán de la literatura fantástica y de la de ficción científica sea Eduardo Ladislao Holmberg, que se anticipó a Lugones con algunas piezas editadas en revistas hacia 1878 o poco más. Pero Lugones publica en 1906 un libro con ficciones de los dos tipos titulado Las fuerzas extrañas, aparecidas en publicaciones periódicas desde 1893. Ese cuentario se convirtió en la piedra fundamental de una riquísima literatura fantástica argentina: se dispuso de un corpus como modelo, que contenía ficción científica (no deberìa decirse “ciencia ficción”, que es un mero calco del inglés) dura y blanda, y formas varias de la literatura fantástica. Borges reconocìo en ese libro el fundacional de toda una línea.


JGR Si hablamos de piedras angulares para el inicio de una literatura, no podemos obviar Martín Fierro, de José Hernández. Es imprescindible su conocimiento en el marco de los estudios literarios de nuestra lengua. Puede, sin embargo, causar la impresión de que nada había antes de este libro en relación a "lo gauchesco" como construcción estética, pero la realidad es muy diferente. ¿Cuál es el proceso histórico que desemboca en este texto, de decisiva trascendencia para los escritores argentinos de fines del siglo XIX y comienzos del XX?

PLB En mi concepción, el poema que inicia la gauchesca es “Canta un guaso en estilo campestre” (1775), un romance de un clérigo, Juan Baltasar Maziel, que comienza, con el mismo verso formulario de Hernández: “Aquí me pongo a cantar/ debajo de aquestas talas…” Reúne las dos exigencias de la gauchesca: la realidad está vista desde la óptica o forma mentis del gaucho (usa sus imágenes, se apoya en su experiencia) y usa la lengua que imita la gaucha. Luego vendrán Hidalgo, que se apropia de los cielitos, que son poesía folclórica, y los politiza, e inventa el diálogo entre gauchos, banderizo unos y costumbrista otro. Le seguirá un autor desconocido por las historias literarias: Luis Pérez, el primero que responde a una facción política, la rosista; le responde Hilario Ascasubi, unitario. Más tarde, el Fausto (1866), de Del Campo, retoma el extravío de un paisano en la ciudad, esta vez en una ópera en el teatro. La obra es un puro divertimiento, Hernández compone su obra con intención de denuncia política, como crítica a los abusos del gobierno frente a una clase social desvalida y postergada. El asunto es histórico, pero el tema es universal: la reacción de un hombre solitario que defiende su libertad frente a un sistema legal oprimente.

JGR Tu labor al frente de la Academia Argentina de Letras le ha dado un giro a una institución importante y reconocida en el mundo. Tuviste que colocarla al ritmo de los tiempos y es ahora una entidad mucho más visible para la sociedad en su conjunto. ¿Qué líneas de actividad se desarrollan hoy de cara a un mundo donde lo tecnológico moldea nuestra interacción, incluso la más cotidiana?

PLB Mis puntos de gestión han sido cuatro: una relación estrecha con los medios, que le ha dado a la AAL una presencia permanente en radio, prensa y televisión, con convenios de colaboración con las asociaciones nacionales de empresas y de periodistas (ADEPA y FOPEA); una actualización en lo electrónico: es la primera academia de la lengua -antes que la RAE- en tener su Canal Youtube, su newsletter quincenal, su libro multimedia (Martín Fierro multimedia 2010) y preparamos la edición multimedia de Una excursión a los indios ranqueles; trabajamos con Fundéu-BBVA, en recomendaciones diarias para los medios y en el CORPES Siglo XXI; y, la tercera, una firme federalización, con la designación de correspondientes en todas las provincias, y viajes frecuentes de delegaciones a las capitales provinciales del interior y donación, de más de diez mil libros el año pasado, a las bibliotecas provinciales, y, por fin, una dedicación a la materia lingüística argentina: Diccionario argentino de dudas idiomáticas, Diccionario del habla de los argentinos, Diccionario freaseológico del habla argentina, la colección “La Academia y la lengua del Pueblo”, que lleva ya 24 léxicos especiales: de fútbol, de la carne, del mate, del pan, del colectivo, del andinismo, del ciclismo, del vino, de bailes criollos, del tango y un largo etcétera. Hasta hace unos años, la literatura era casi la única fuente de análisis del habla de los argentinos. Ahora hemos incorporado los periódicos en línea, los sitios electrónicos, y la oralidad, que estamos estudiando en sus tonadas particulares regionales. El próximo proyecto es un Auditorio de la Oralidad, para el seguimiento de los medios orales.

JGR Retomando el tema de las tecnologías de la comunicación, hoy experimentamos cambios acelerados de toda índole, influidos por el soporte o medio de transmisión; por ejemplo el chat, el facebook o el twitter. Los mismos vocablos, de origen técnico, generan nuevos verbos, como "chatear" o "tuitear". ¿Cambiarán radicalmente el lenguaje formal estos usos, como el propio de las redes sociales? ¿Hacia qué cultura nos desplazamos ahora?

PLB El principio fundamental en esta materia es éste: el usuario lleva a los medios electrónicos que maneja su capacidad o su discapacidad en el manejo del sistema lingüístico. Puede usted hacer lo que quiera en sus formas comunicativas escritas si, por su solvencia, es capaz de rescatarse y escribir formalmente en otros espacios. Solo el inválido verbal se afecta porque, a su limitación le suma la generada por abreviaturas, anulación de acentos, supresión de mayúsculas, repeticiones, que radican más su estrechez. Y proyectará esas alteraciones en el texto de una solicitud de empleo. Por ellas, lo perderá, pues lo descalificarán. Solo el que maneja con dominio el sistema de la lengua puede modifiarlo creativamente, como en los inventos o en los deportes. El discapacitado verbal no genera modificaciones trascendentes.

JGR En varios momentos se ha querido declarar el acta de defunción del libro físico o convencional, y en general, de la lectura, frente a la primacía de la imagen y de lo efímero, como sugiere Rafaelle Simone. Umberto Eco es uno de los defensores a ultranza de esa "civilización del libro", pero parece inevitable el ascenso del e-book o volumen electrónico como nueva alternativa. ¿Cómo evalúas estos cambios? Se le atribuye a un político chino la frase "no importa de qué color sea el gato, con tal de que cace ratones" ¿Es aplicable aquí la metáfora?

PLB El hábito de la lectura se está perdiendo en su enseñanza y en su práctica. La venta de los libros electrónicos solo supervivirá por los que tenemos el hábito lector, y seguiremos con él basándonos en cualquier plataforma que se nos ofrezca un texto. El muchacho que no tiene el hábito seguirá picoteando, sin aplicación de su atención (la capacidad más afectada en el adolescente para el estudio y la investigación) a la lectura, salvo de textos breves y con un ritmo sincopado de videoclip. He dedicado un libro al tema: La lengua en las nuevas tecnologías. Las formas breves de las redes sociales, bien manejadas por la docencia, pueden ser escuela de concisión expresiva, que buena falta nos hace, por lo menos a los argentinos. El año pasado escribí un capítulo sobre “Dar clase con celulares”, para un libro colectivo. Acabo de dictar un curso de lengua para encargados de redes sociales de compañías. Pues para su eficacia no se trata de contar con la habilidad técnica digital del joven a cargo, sino de un manejo firme y rico de la lengua para mantener un trato suasorio, atractivo y creativo con los clientes. Si fuera cierto que una imagen vale más que cien palabras, no se explica por qué no nos lo dijeron en una imagen, y necesitaron de las palabras. El cine, la fotografía, la telenovela son “impresivos”: ofrecen al visor la misma imagen para todos. En cambio, la lectura hace que cada cual genere, a partir de lo escrito, las imágenes mentales que alimentamos con nuestra fantasía, pesadillas o sueños. La imagen de Mel Gibson encarnando la creatura de Frankestein es una y la misma para todos los espectadores. La imagen que yo y vos creamos, a partir de la letra del libro de Mary Shelley, son diferentes. En esto lleva superioridad la lectura. Navegar por Internet es como hacer esquí acuático. Leer es buceo.

JGR Para terminar, sabemos de tu gran interés por la literatura peruana, especialmente Ricardo Palma. ¿Qué aproximación propones para su obra, tan apreciada en la Argentina, y las de otros autores de tu predilección?

PLB Cuando tuve el honor de ser incorporado como correspondiente al Instituto Palmiano, aporté el estudio de uno de los más destacados discípulos argentinos del peruano: Pastor Servando Obligado. Palma generó con su arte de sacar patilla de donde no hay pelo, como define a su tradición, una importante descendencia argentina de epígonos y discípulos. Acabo de concluir un Ideario de San Martín, en cuya parte final hago espacio a un Tradicionario sanmartiniano, que comienza con piezas de don Ricardo y sigue con otras de Espora, Pelliza, Obligado, Ana Efflein, y otros tradicionistas nuestros que el maestro ha sabido motivar entre nosotros. Por lo demás, estoy avanzando en el rescate de documentación desconocida de la etapa en que Palma colaboraba en La Prensa de Buenos Aires. Además, entre otras deudas, debemos un estudio riguroso de la proyección de Vallejo en la poesía lírica argentina.