sábado, 8 de noviembre de 2025

Alexis Iparraguirre (ed.). Nada Humano sobrevive aquí. Antología de cuentos peruanos bajo la sombra de H. P. Lovecraft. Lima: Academia antártica, 2025. 299 p.

 


Alexis Iparraguirre (ed.). Nada Humano sobrevive aquí. Antología de cuentos peruanos bajo la sombra de H. P. Lovecraft. Lima: Academia antártica, 2025. 299 p.

 

El escritor y crítico cultural Alexis Iparraguirre (Lima, 1974) ha tenido la iniciativa de diseñar una antología peruana contemporánea de impronta lovecraftniana, que ofrece una variedad de matices y sobre todo, de la apropiación del universo lovecraftniano en un marco peruano. Lovecraft (H.P.L.) fue durante mucho tiempo un autor marginal dentro del canon fantástico que fue creciendo tras su muerte, y hoy en el siglo XXI goza de una popularidad merecida. Iparraguirre escribe un excelente prólogo al conjunto de cuentos que merece detenernos.

Previamente debemos recordar que en la Lima de los años 80 y 90, la dificultad por conseguir material lovecraftniano impreso era una labor difícil. Muy pocos o  escasos ejemplares nuevos disponible en librerías – a altos precios- y muy eventuales en los de segunda mano. Leer a Lovecraft era una tarea casi imposible para los pocos interesados (internet en Lima empezó a masificarse hacia 1998, y era también un servicio caro, al igual que las fotocopias). A pesar de esta dificultad, hay autores locales quienes leyeron a Lovecraft en los lejanos años 70 como José B. Adolph, quien incluso escribe un texto en clave paródica y seria, imitando el estilo del maestro de Providence titulado “El Necronomicón y el Perú” (1977).  Durante los años 80 es innegable la influencia en algunos textos de Fernando Iwasaki, y sobre todo en dos autores que escriben sus textos entre fines de los 80 e inicios de los 90: Lucio Colonna-Preti y Carlos Carrillo. Todos estos antecedentes entran en diálogo con una idea que propone y reitera Iparraguirre en su prólogo: es la generación de autores de los 90 los que resignifican el legado de H.P.L.

En los años 90 se fijó la idea de una nueva narrativa ligada al realismo urbano con personajes jóvenes y marginales (con influencias desde Ray Loriga, Easton Ellis y Bukowski; y la obra de Oswaldo Reynoso), que desplazaba al “desencanto” de los años 80 y la violencia terrorista como tema central, además de la progresiva despolitización posmoderna. Si bien esto es parcialmente cierto, otros autores con vinculaciones con lo fantástico de autores de los 80 como Carlos Herrera, Enrique Prochazka, Leyla Bartet o Pilar Dughi vienen a contradecir esta verdad. En el fondo, el problema de la crítica literaria (cada vez más escasa en los “grandes” medios) ha sido atender exclusivamente al discurso realista (sea por comodidad, por tradición, por ser “canon”, o dificultad para aproximarse a otras realidades ficcionales y registros), y actualmente es la de enfatizar, sobre todo, la producción de las transnacionales.

En otro trabajo he nombrado a esta generación como “Los hijos del terror”, nacidos aproximadamente entre 1969 y 1981, quienes experimentaron la violencia de los 80 y 90 durante su infancia y adolescencia (cfr. Honores 2024). Y debemos de agregar que esta generación publica de modo cuasi tardío solo a inicios del siglo XXI. Añadimos que si comparamos grosso modo el rasgo de los narradores de los años 80 en clave fantástica (José Güich, Daniel Salvo, Carlos Carrillo, y por momentos el propio José Donayre) se insertan en un modo de narrar más clásico; mientras que la mayor experimentación (tanto en temas como en la forma y el estilo), se da en autores de los años 90 como en los casos del propio Iparraguirre, Lucho Zúñiga, Salvador Luis, Alejandro Neyra, y en generaciones posteriores, como Christian Briceño, Mariangela Ugarelli o Victoria Vargas Peraltilla. Ni la narración clásica es mejor que la experimental o viceversa, pero se trata de un fenómeno, de un giro que el día de hoy es mucho más visible en la narrativa peruana contemporánea del s. XXI.

Por el lado realista, el escritor Francisco León nominó en un breve post a la actual literatura mainstream como “realismo anémico” (6 de noviembre, vía facebook), un adjetivo bastante gráfico acerca de la baja calidad de sus producciones, no porque el realismo como discurso esté muerto en sí mismo (diría que el lector promedio conecta mucho mejor y más fácil con este registro), sino porque varios de sus herederos generacionales mediáticos no pudieron ofrecer nada realmente novedoso (o menos aún distanciarse significativamente de uno de los maestros como Vargas Llosa), salvo excepciones, como Martín Roldán y su excelente Generación cochebomba, quien por cierto, nace en 1970.

Volviendo al prólogo de Iparraguirre, el autor deja constancia que ya no se trata de imitar el estilo o aludir directamente a los dioses primordiales creados por H.P.L., sino el de la apropiación y el adaptarlo a la realidad latinoamericana, con otro tipo de problemas, por ello, esta narrativa se vuelve “espejo de fracturas muy reales: el caos urbano, la fragilidad estructural, la inestabilidad cotidiana” (10). Es decir, la originalidad de estos cuentos antologados no radica en el parecido a H.P.L., sino al contrario, en su alejamiento del modelo. Esto puede parecer una paradoja dado que el lector que espera un “homenaje” a H.P.L. verá frustrados sus deseos. Incluso, en algunos textos, la referencia o conexión con el universo lovecraftniano es casi mínima. Por ello, este horror cósmico, “ya no proviene de otras galaxias: se infiltra en el aire contaminado, de una ciudad fragmentada” (11). Asimismo, Iparraguirre pone como punto clave la emergencia de nuevas editoriales independientes -tales como Altazor, El Gato Descalzo, Grafos y Maquinaciones, Cthulhu, Aeternum, Pandemonium, Torre de papel o Speed Wagon Media Works- que han diversificado y visibilizado esta oferta, permitiendo así “su transformación estética y simbólica” (12).

En conjunto, la antología Nada humano sobrevive aquí es bastante pareja, aunque siempre hay cuentos y autores que destacan mucho más que otros. Curiosamente, si bien el universo de H.P.L. puede malearse y resignificar los nuevos debates y agendas sociales o políticas contemporáneas, hay varios relatos que presentan lo ominoso lovecraftiano en relación a la función de la maternidad (el proceso de embarazo, el cambio corporal, el nuevo hijo), lo que  acentúa la orientación feminista del conjunto, que ha disuelto la idea de familia tradicional, rechazando indirectamente sus valores, o generando cierta aversión a la idea de una nueva criatura dentro de un grupo social, justamente por las connotaciones “negativas” que supone hoy ser madre en estos tiempos: una monstruosidad. 50 años atrás el cine de terror de fines de los 60 y 70 con Rosemary´s baby (1968) de Roman Polansky, Its’ alive (1974) de Larry Cohen, Eraserhead (1977) de David Lynch o The brood (1979) de David Cronenberg, recogían otro tipo de miedos y ansiedades como, por ejemplo, hacia la píldora del día siguiente (y los posibles efectos de malformaciones en los fetos), o el problema de la sobrepoblación. Los tiempos han cambiado, y si bien los miedos parecen ser los mismos, las significaciones son otras.

Quisiera destacar los trabajos de Anibal Mayurí (Francisco Marro), quien con humor y fina ironía se burla de cierto imaginario actual “progre”, la narración con guiños homoeróticos de Sophia Gómez Cardeña; Christian Briceño y Yelinna Pulliti en relación a la maternidad lovecraftniana. También Claudia Salazar, Romina Paredes y Jorge Casilla, en relación a lo onírico y cierta clave del policial. O Bruno Cueva quien ofrece una mirada diferente, apoyado en la tecnología, sobre el ciclo H.P.L., y desde el humor.

Sin duda, Nada humano sobrevive aquí viene a confirmar, en conjunto, una verdad radical: el cambio de sensibilidad, y el giro que se ha producido desde la narrativa fantástica al abordaje de la realidad peruana local, siempre tan ominosa, primordial y tentacular.

El libro se completa con un estudio médico sobre H.P.L. a cargo de Carlos Vera Scamarone y diversas entradas sobre su influencia en la literatura y el cine que resulta un atractivo bonus para los nuevos y viejos lectores del maestro de Providence.

 

Referencias

León, Francisco (2025)

https://www.facebook.com/francisco.leon.811297/posts/pfbid02mwXM3X7gnQ4R4m7YVRzLEzQj1PMJsJoCG6SyjSchXie44VS4XKCyVZCoHp85BQm7l

Honores, E. (2024). “Bicentenarios: entre celebraciones y crisis (1980-2021). En: Fantasías nacionales. Lima: Vida múltiple [en línea]

Honores, E. (2025). “Breve historia de la física”. https://eltonhonores.blogspot.com/2025/11/franco-salcedo-breve-historia-de-la.html

 

Elton Honores

Universidad Nacional mayor de San Marcos