martes, 23 de julio de 2013

J. C. Luc4s. Oso hormiguero. Lima: Seis estrellas, 2011.







Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *

 J. C. Luc4s. Oso hormiguero. Lima: Seis estrellas, 2011.



           J.C. Lucas es el seudónimo de Moisés Jáuregui, nacido en Tingo María en 1960 e ingeniero civil de profesión. Oso hormiguero es su opera prima. Se trata de una novela de ciencia ficción bien escrita que anuncia la crisis de los valores humanos. En el prólogo (presentado como un fragmento perdido de un texto titulado como La Exiliada), se introduce al lector en las reglas del juego ficcional, ya que se afirma que BIONET –un sistema de comunicación biológica- es la red virtual más influyente en la humanidad, caracterizada por la pérdida de valores y decadencia espiritual, personas carentes de amor (son incapaces de dar amor) en un tiempo de corrupción. A ese proceso el narrador denomina como “glotobalización”, una suerte de exceso consumista. Evidentemente ambos no son otra cosa que Internet y la “globalización”, fenómenos que configuran a nuevos sujetos que cada vez más se parecen entre sí, con la consiguiente pérdida de la originalidad y espontaneidad. La relación que se establece es que a mayor desarrollo tecnológico mayor deshumanización. Esta hipótesis es llevada al extremo mediante la imaginación que permite la ciencia ficción.

La novela está divida en tres partes: un hombre de bien, un hombre existencialista y un hombre común. Recurriendo a ciertos tópicos, el espacio amazónico es configurado como un lugar paradisíaco, con grandes recursos, un  último refugio que está siendo afectado por una fuerza maligna. Mientras la virtualidad destruye cada vez más los afectos, los grandes señores poderosos parecen vivir en un mundo ficticio, irreal. En ese sentido Oso hormiguero se parece al film Avatar pero en clave realista: los nativos enfrentados a una fuerza que pretende dominarlos, destruir su biodiversidad en nombre del desarrollo y progreso para unos pocos. La narración se enmarca, además, en el apocalipsis, en el fin de los tiempos.

En la tercera parte, la más larga de la novela, irrumpe ese mundo distópico de la ciencia ficción y que hace que la novela roce el cyberpunk (gran desarrollo tecnológico coexistiendo con una miseria extrema). Se narra el estado de los denominados como “seleccionados”, hombres flotantes de una Matrix alienígena, soldados humanos nacidos en Marte. Uno de ellos, nombrado como JU4N tiene una visión (experimenta la vida de un humano), esa visión remite al universo amazónico, que genera gran impacto en su ser. Conforme avanza la novela descubriremos que los “seleccionados” carecen de autonomía y poder de decisión ya que son clones preparados genéticamente para soportar la intemperie de otros mundos, simples reemplazos de otros “seleccionados”, fallecidos por los gases de Júpiter. Aquí hay un notable parecido con el film Moon (2009) de Duncan Jones, pues se trata de seres manipulados genéticamente para cumplir misiones específicas y también a Never let me go [Nunca me abandones] (2010) de Mark Romanek, en donde se educan a clones humanos sin autonomía y poder de decisión, con la finalidad de convertirse en donantes de órganos de los humanos reales. Cuando es detectada la conducta “anormal” de JU4N (los “seleccionados” no deben tener sueños) se busca ubicarlo pues va en contra del proyecto colonizador. Esto remite también a la prohibición del amor en 1984 de Orwell.

            Lo más interesante es que conforme avanza la novela se va terminando de configurar ese universo futuro de horror: se ha producido un éxodo de la tierra hacia Marte y los seleccionados son enviados en misión para habitar Júpiter. En ese proceso de desplazamiento social hay un grupo que quiere dominar Júpiter tal como lo hizo con la tierra. Aquí ingresa la clave política de la novela: no importa el espacio, ni el tiempo: lo que importa son las relaciones de poder, las relaciones de la estructura económica que soporta al sistema humano y sus actos políticos, como en Mañana, las ratas (1984) de Adolph.  

La ciencia ha llevado a la perfección el proceso de clonación. Ello refracta el terror a la homogenización, a una realidad en la que  cada vez todos se parecen entre sí. Quizás se deslice que la “glotobalización” fue solo el inicio de ese proceso en el que todos terminamos por homogenizarnos, alienarnos, perdiendo nuestra identidad, convirtiéndonos en máquinas deseantes del sistema. Entonces si el futuro planteado en Oso hormiguero se hiciese real, la globalización -en el aquí y el ahora-, resulta peligrosa y nociva.

Oso hormiguero es una novela de atmósferas y de ideas, que está escrita -con un tono trágico, en donde el humor y la ironía están ausentes- desde una experiencia de la realidad latinoamericana. Ese es un gran aporte de esta novela al género. El otro es el lenguaje. No busca parecerse a otras novelas de ciencia ficción anglosajona, ni a Verne, ni a Wells, ni a Bradbury ni a Asimov (a pesar de los mismos intereses e influencias), es una novela singular, como el propio JU4N, capaz de soñar y de emocionarse con los recuerdos de una humanidad en extinción, una realidad bestial y caótica. Oso Hormiguero conjuga de modo inteligente la ciencia ficción y el relato alegórico, es mucho más que una notable opera prima. Es una novela que señala un camino, como Mañana, las ratas de Adolph o recientemente, Resplandor de Paco Bardales.

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos