lunes, 8 de febrero de 2010

La fabulosa máquina del sueño de José Donayre

La fabulosa máquina del sueño (1999) de José Donayre *

Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad San Ignacio de Loyola


José Donayre (Lima, 1966) es un autor atípico dentro del panorama literario. En su primera novela, La fabulosa máquina del sueño (1999), el registro realista, tan característico en el Perú, da paso a una obra de ciencia ficción hecha de fragmentos, de residuos, de “sueños” que se hacen realidad y que los personajes y el lector concretizan en su imaginación, ya que los dos planos de la realidad y del sueño, funcionan como interdependientes.

La historia de esta novela transcurre en los márgenes –o fuera de escena- en una ciudad sin nombre signada por cortes de electricidad, llena de mendigos que hurgan en contenedores de basura, bajo un Estado totalitario que busca el control de los sujetos, ciudadanos corporativos que están al margen de esta máquina, en medio de una guerra no muy clara, en la que Aldo, Gala y Leonardo –personaje central de la novela-, serán los malos, los transgresores, los que subvierten el orden al intentar crear una utopía a partir de esta fabulosa máquina.

La fusión del hombre con la máquina (que es también la búsqueda de la conquista del placer) supondrá una metamorfosis del sujeto, la irrupción del cuerpo, su enfermedad y la aparición de nuevos órganos, que emparentan claramente el texto de Donayre con el cine de David Cronenberg, por sus escenas repulsivas, chocantes o perturbadoras (recordemos la ingesta de niños o los encuentros sexuales despojados de toda humanidad, en esta novela) cercanas a la estética de películas como Videodrome, Scanners o Crash, o films de terror de serie B.

Lo perturbador en Donayre, como en Cronenberg, es metáfora de algo más aterrador y profundo, relacionado con la transformación, el cambio en el interior-exterior del hombre, producto de su relación con los avances de la ciencia (la fabulosa máquina) y la tecnología (las drogas).

La visión del amor como una enfermedad –si es que es posible hablar del amor en esta novela o de algo parecido-, surge a través de recuerdos, de un pasado que acompaña a Leonardo, pues lo que vemos es más bien la deshumanización del hombre, en un mundo de drogas (que no es nuevo en la literatura si recordamos que en El retrato de Dorian Gray, hay alusiones a la evasión moral por medio de paraísos artificiales como el opio), donde está prohibido evadirse o soñar.

La novela de Donayre está más cercana al movimiento cyberpunk por el cambio radical en el orden social, la condición de personajes que viven al margen de la ciudad en un futuro distópico y la modificación del cuerpo humano a partir de la máquina y las drogas.

También hay un erotismo sádico, que es expresado mediante un paroxismo verbal, semejante al de El cuerpo de Guilia-no de Jorge Eduardo Eielson, uno de los pocos referentes literarios nacionales presentes en este texto, que se inserta en otra tradición: el cine de Cronenberg, El almuerzo desnudo de William Burroughs, el surrealismo de El discreto encanto de la burguesía de Buñuel, los cuadros de Dalí, Borges y Kafka.

Hay en esta novela una crisis de la racionalidad, del logos (el interrogatorio policial a Leonardo es sintomático de esta crisis), ya que hay una especie de vida paralela que va de la realidad a la alucinación (el sueño).

Donayre, rompe no solo con las formas realistas sino con buena parte de la tradición literaria peruana, lo cual podría leerse como la gestación de una nueva literatura que no pasa necesariamente por las formas hiperrealistas o costumbristas tradicionales.

[…]

* Fragmento de la ponencia titulada “Los libros extraños 1997-2006”, leída en el Auditorio Principal de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM (2006).