EL EROTISMO SAGRADO, LA CIENCIA FICCIÓN Y LA SOLEDAD CÓSMICA EN EL CUERPO DE GIULIA-NO DE J. E. EIELSON *
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad San Ignacio de Loyola
Desde hace ya una década, la obra de J. E. Eielson (Lima, 1921- Milán, 2006) ha adquirido una importancia inusual dentro de los estudios literarios e inclusive plásticos. Basta citar los trabajos de Camilo Fernández Cozman (1996), Sergio Ramírez Franco (2000), o el de Emilio Tarazona (2004). Con su reciente fallecimiento, la obra de Eielson está condenada, pues, a ser objeto de análisis y de estudios acuciosos, debido a su carácter de epígono en las letras y del arte peruano pues es el artista más completo que haya dado el Perú, ya que se ha expresado tanto en poesía, novela, teatro, como en pintura, instalaciones, performances, fotografía, happenings, etc; pero este interés conlleva, a su vez, el riesgo de convertir a Eielson en un objeto –situación que considero que él hubiera rechazado de plano- al servicio de no solo una teoría sino de varias o inclusive de una razón omnipotente que intenta descifrar el cierto misterio que encierra toda obra de arte.
Es por ello que propongo hacer una lectura de El cuerpo de Giulia-no ( en adelante ECG) a partir de su condición paradigmática dentro de la obra de este autor, pues sus formas de expresión van desde la música, pasando por el teatro, la fotografía, el cine, la poesía, la narración, la escultura o el performance; además de introducir en el texto, géneros populares como la novela erótica y la ciencia ficción , con las que manifiesta una conciencia política, que lo alejan de ese supuesto “purista” de su poesía; incluso está presente el conflicto interior producto de la invasión española que rompe una concepción del mundo, la cosmovisión andina, y que genera un trauma, que no solo atraviesa la obra de un autor como José María Arguedas sino que también está presente en el texto de Eielson.
Así tenemos en ECG , publicado originalmente en México en 1971, una primera línea narrativa que se resume en la búsqueda o reconstrucción del pasado, por parte del personaje de Eduardo, alter-ego de Eielson, mediante el lenguaje. A lo largo de la novela se muestra el fracaso del lenguaje por expresar lo humano (incluso se puede hacer un paralelo con la obra de Eielson que tiende hacia el silencio y trabaja formas artísticas que buscan acercarse a un conocimiento primigenio o arquetípico, como es el caso de los nudos precolombinos).
Los capítulos del libro, se dividen en tres movimientos (al modo de una pieza musical), separados por tres epígrafes. El primer movimiento va de los capítulos 1-11 y bajo las palabras de Lao Tse; el segundo movimiento va del capítulo 12-15 con palabras de Raymond Roussel; y el tercer movimiento va de los capítulos 16-22 con palabras de Satipathana Suta. En cada movimiento hay un acontecimiento de orden sexual que atraviesa la línea narrativa de toda la novela. El libro se cierra con la mención a los ‘Personajes en orden de entrada’, que de por sí alude a las formas propias del teatro (e incluso a la coda musical).
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* Fragmento del ensayo completo publicado en Tinta Expresa n° 2 2006