José Donayre (curador). XIII Exhumaciones extraordinarias a Poe. Lima: Maquinaciones, 2024. 139 p.
Edgar Allan Poe (1809-1849) es uno de los autores más importantes de la literatura global. Su estilo y tropos han sido imitados hasta la saciedad tanto en las artes literarias como en el cine, lo que no solo confirma su sitial inamovible como modelo dentro de géneros como el terror, el horror y el gótico. Un libro que invita a reescribir los textos clásicos de Poe es, en principio, una empresa afortunada e infalible. Este es el caso de XIII Exhumaciones extraordinarias a Poe, bajo la curaduría de José Donayre (1966). Como sostiene en el prólogo, la idea es no solo la traducción a Poe, sino que esta obra sea “interpretada, transformada, reescrita, replanteada, intervenida, traicionada y plagiada” (11). Así, los autores invitados disponen de un amplio campo de acción para intervenir, en el sentido de “entrometerse” o de “injerir” las fuentes.
Es curioso el hecho que no se haya elegido el término “parodiar” a Poe, no solo porque esta acción podría orientar los textos finales hacia lo cómico, pero recordemos también que existe una parodia seria, más cercana a la ironía, que practicó de manera solitaria y pionera el maestro José B. Adolph en la prensa limeña de los años 70, y que puso en práctica estilos disímiles de autores latinoamericanos, norteamericanos y europeos. El caso de XIII Exhumaciones… es opuesto: es la intervención a Poe desde códigos trágicos, enfatizando el terror, el horror y lo gótico serio.
Si bien todos los textos destacan por su calidad, dado que son autores con experiencia dentro de lo que se denomina en el prólogo como “escritura creativa”, creo que también ocurre una sensación parecida -en otro ámbito- al ocurrido en el año 2014 con Nirvana y su ingreso al salón de la fama del rock and roll, quienes sorprendieron al público con cuatro voces femeninas que “intervenían” las canciones del fallecido Cobain. En XIII Exhumaciones… ocurre algo similar: las voces femeninas son las más singulares, sus variaciones dejan una huella más profunda en el lector. Sin caer en juicios extraliterarios, la imaginación romántica y el desarrollo de lo macabro y lo lúgubre de Poe es mejor asimilado en las autoras de XIII Exhumaciones…
La poética de Poe podemos sintetizarla en “la muerte de una mujer joven y bella”, como tema clásico de varios de sus relatos más famosos, y su variante de la mujer mórbida o enferma, y acaso con algunos tintes de locura. Estas variaciones a estos temas incluidos en XIII Exhumaciones… son manifiestos. Jorge Casilla (1982) agrega tintes de “La granja blanca” de Clemente Palma -heredero de Poe- en su relato variante de “Morella”. Raúl Quiroz (1973) y Juan Carlos Townsend (1964) prefieren la fidelidad a los originales “El tonel del amontillado” y “El retrato ovalado”, respectivamente. Notables son también los textos de Patricia Colchado (1981) por su incorporación de la figura de la bruja en su versión de “El gato negro”, Alina Gadea (1966) por el vuelo poético y las resonancias apocalípticas en su versión de “Berenice”, Valeria Montes (1999) al incluir elementos de lo grotesco y lo weird (raro) en la versión de “El escarabajo de oro”, o Mariangela Ugarelli (1993) por la intensidad del gótico en su variante de “Ligeia”, entre otros.
Quizás la gran admiración que profesan al escritor de Baltimore, y el hecho de hacer variantes a las obras maestras del relato corto haya sido una barrera difícil de superar, XIII Exhumaciones… demuestra que sí es posible “intervenir” a Poe, con resultados más que apreciables.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos