sábado, 12 de octubre de 2024

Mirza Mendoza. Tenebrismo. Lima: Sexta fórmula, 2021. 114 p.



 

Mirza Mendoza. Tenebrismo. Lima: Sexta fórmula, 2021. 114 p.

          En estricto, el tenebrismo es una característica del barroco en el que se representa un juego de contrastes entre la luz y la oscuridad. Es así que estas oposiciones radicales del claroscuro expresan también ideas religiosas o metafísicas. En otro sentido, Mirza Mendoza (Lima, 1985) aplica el tenebrismo -como sinónimo de algo cubierto de tinieblas u oscuro- al conjunto de cuentos que presenta, en el que destaca el juego entre razón y locura y el dilema moral.

          En el prólogo, Carlos Saldívar (2021) sostiene que los temas son “los problemas de la enfermedad mental, el amor imposible, la venganza, el maltrato físico y/o psicológico” (9). En cuanto a los personajes, irrumpen “demonios, psicópatas, fantasmas, rituales profanos, monstruos […]” (11). Para Francois Villanueva Paravicino (2022) el libro contiene un “realismo visceral que colinda con lo gore, aunque su pluma sea ágil y directa, sin ahondar en las descripciones y las acotaciones […]”. Asimismo, los temas frecuentes son “[…] la muerte, los zombis, el canibalismo, los fantasmas, el suicidio, los duendes, el apocalipsis, lo violento, entre otros”. Para Carlos E. Luján (2022) el libro intenta responder a la pregunta acerca de qué hay más allá de la muerte, por ello, los personajes deambulan “[…] entre los vivos como si estuvieran pagando una condena, observándolos con rencor o esperando arrastrarlos hacia la dimensión en la que ellos se encuentran atrapados. También habitan seres extraños y enigmáticos de los que no sabemos su origen pero que poseen características humanas y de los que se insinúa una maldad intrínseca y aterradora”. Los cuentos son “[…] epitafios de sus personajes y que a pesar del drama de su muerte o el horror sufrido, lo que sigue podría ser aun peor para ellos […] [Los finales son] lacónicos y tristes, desesperantes y desesperanzadores. El paso posterior al deceso es mostrado con horror y resignación”.

          Tenebrismo es un conjunto de textos cuya base es lo macabro y el crimen. Presenta una constante: la familia disfuncional, la relación conflictiva entre padres e hijos. Con toques cortazarianos y una clara herencia de Poe, serán frecuentes las figuras fantasmales. También el conjunto incluye textos ligados a la CF. En “2080, el año del canibalismo”, un mundo distópico viene a actualizar la crisis alimentaria y la hambruna, al punto que los seres humanos solo tienen dos opciones: la eutanasia o el canibalismo. El sacrificio que realiza la madre para que el hijo continúe con vida tiene tintes no solo morales, sino que cuestiona los límites de lo humano: “si logró comer a su madre, podría comer a cualquiera” (44) concluye la narración. En “Una parte de ella” encontramos una variante. Nos encontramos en el siglo XXIII y se ha producido un apocalipsis zombi. La madre tiene a la hija zombi encerrada y se preocupa en alimentarla con carne al punto que se corta una pierna enferma. Es claro que hay más que truculencia en la escena y un exceso, pues luego de regresar a casa, la hija -quien ya ha elevado su zombificación al punto de convertirse en bestia- mata a la madre y continúa su tránsito. Al final, el padre (ausente) reconoce a la hija, y huye. Esta es la imagen final del cuento. Pero ¿no es esta una posible alegoría de los padres que huyen de la paternidad y entregan toda esa responsabilidad a la madre? En “Mi búsqueda”, una mujer, alma en pena, deambula en un escenario postapocalíptico, consciente de su condición fantasmal, pero no solo a que está “muerta”, sino porque en vida sus tres abortos continuos fueron considerados por el entorno familiar como una maldición (101), es decir, esta figura al no cumplir con la condición de fertilidad (o de madre) es parecida a un fantasma, alguien sin lugar en la sociedad.

Mendoza logra trastocar algunas convenciones del género, aunque en los ejemplos mencionados triunfa una figura positiva de la madre, no malvada, sino que es capaz del sacrificio. A pesar de lo distópico, la figura femenina de Mendoza tiene una aureola moral superior, y hasta cierto punto, puede leerse como una reacción antifeminista.

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos