martes, 12 de enero de 2016

Jim Rodríguez. Apokhalipzis. La máquina del tiempo. Lima: Altazor. 2015. 286 pp.




Jim Rodríguez. Apokhalipzis. La máquina del tiempo. Lima: Altazor. 2015. 286 pp.


            El efecto Star Wars (SW) y de la cultura de masas norteamericana, así como del anime japonés es clara en la nueva promoción de autores peruanos de CF del nuevo milenio (cfr. “La fantasía atemporal en la narrativa fantástica peruana contemporánea”, Hispanorama 139, Nürberg-Alemania, 2013: 27-32). En esta línea se inscribe la opera prima de Jim Rodríguez (1976).

            Con anterioridad se han detallado las características de la novela. Benjamín Roman sostiene que hay influencia en la novela Apokhalipzis de “los cómics y los dibujos animados, incluyendo el manga. Por ejemplo, podemos percibir la influencia de la factoría Marvel y su fuerza cósmica, Galactus. También de Dragon Ball, sobre todo en la transformación de los personajes en seres cada vez más poderosos”. Mister Salvo sostiene que el autor “muestra una imaginación exuberante. El universo que ha creado tiene una variedad y complejidad que en ocasiones abruma al lector, pues tras un prodigio sucede otro. Es el caso, por ejemplo, de las armaduras especiales desarrolladas en un planeta, capaces de fusionarse con su portador, o la creación de una fortaleza denominada Fortaleza de Cristal, por su capacidad de absorber y proyectar luz en forma de energía”.

            La novela se divide en dos partes. La primera está dominada por la space opera, ya anotada en otro comentario (los piratas espaciales, el racismo -las diferentes razas que pueblan en universo-, las batallas espaciales y la política colonial). En este caso se trata de dos fuerzas, La Unión (El Bien) una institución que agrupa a una serie de planetas por vínculos comerciales y el Imperio Anethza (El Mal) que solo buscan apoderarse del universo. Esta es la sección en el que la lucha por el poder, y la secuencia de acciones militares, serán constantes. La novela da un giro hacia la mitad cuando se introduce la máquina del tiempo y el universo terrestre, lo cual es un acierto dentro de la narración.

            Se espera de la nueva entrega mucho más dramatismo, mayor profundidad psicológica de los personajes y menor esquematismo en las acciones bélicas. Pero finalmente, es el escritor el único responsable de sus ficciones.


Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos