martes, 13 de noviembre de 2012

Carlos de la Torre Paredes. Los viejos salvajes. Lima: Peithos, 2012. [205 pp.].



Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *

Carlos de la Torre Paredes. Los viejos salvajes. Lima: Peithos, 2012. [205 pp.].


Con esta novela, Carlos de la Torre Paredes (Lima, 1988) obtuvo una mención honrosa del Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro 2012. Sin duda sorprende no solo por la buena factura, la prosa fluida (con saltos temporales) y el buen manejo de códigos del género de la CF, sino también por la juventud del novel autor. Los viejos salvajes se inscribe dentro del subgénero de la space opera, con guiños a films como Star Wars, Starship Troopers o Alien. Si bien este subgénero se fundamenta en el tópico de la aventura, aquí no hay en estricto ni héroes ni villanos y el único escenario dominante es el espacio cerrado solitario y opresivo de la nave espacial.

La historia narrada transcurre en los márgenes del universo, no hay un carácter épico en el personaje sino actitud de sobrevivencia, los eventos ocurren y afectan a los personajes de modo radical, que se ven enfrentados a una raza alienígena superior en todos los sentidos. La novela contiene escenas que permiten configurar lo humano como una condición solitaria, ambiciosa e inútil. El universo de personajes es prototípicamente masculino (fuerza, valentía, destreza, audacia, relativa vitalidad).

En ese universo de ficción de De la Torre, todos los personajes fracasan: fracasa Rick que transporta prófugos de la justicia; fracasa Usiel, el cartógrafo del universo; y fracasa John al abordar la nave en donde se reunirá con sus viejos excompañeros. Es decir, al contrario de las grandes sagas en donde el héroe triunfa, aquí nos encontramos con una situación totalmente opuesta. Esto ya marca un quiebre en la tradición del género. De otro lado, la fuerza alienígena es simbolizada como una oscuridad destructora total, pero que paradójicamente viene a acabar con la maldad y violencia humana desatada en el universo. Es decir, la oscuridad viene, en suma, a ser la luz que iluminará el progreso o la estabilidad futura en el cosmos.

Otro aspecto interesante es que la acción de Rick que desata la posterior crisis está más próxima a la teoría del caos, en donde una acción pequeña generará consecuencias, efectos de grandes dimensiones. La novela juega con códigos de la CF pero también del terror, en donde el único imperativo moral es el de mantenerse con vida. El contacto con el mundo alienígena termina por darle algún sentido a la posición del hombre en el cosmos.

El final de la novela mantiene una ambigüedad que potencia la novela: ¿Se trata en efecto de una reunión de excompañeros nominados por el narrador como “los viejos salvajes”? ¿Acaso se trata de una alucinación colectiva, engañosa, que permitirá la destrucción de todo lo humano? ¿“los viejos salvajes” son realmente los llamados a poner orden en el cosmos con la ayuda alienígena o son solo medios de destrucción manejados por la telepatía extraterrestre? La novela se difumina en un futuro inestable, caótico, inseguro y totalmente opaco. En ese sentido la novela no invita al disfrute de una simple aventura, sino a la destrucción del universo conocido. Hay entonces una cierta actitud punk que subyace en la novela. Los viejos salvajes es mucho más que una novela notable, augura para su autor un gran futuro en la literatura peruana.


Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos