VV. AA. ¿Le temes a la oscuridad? Cuentos de terror y suspenso. Lima: Ornitorrinco, 2010. 82 pp.
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Como parte de una propuesta de plan lector, la editorial Ornitorrinco, dirigida por Ricardo Ayllón, presenta esta antología peruana de relatos de terror y suspenso. Incluye trabajos de Adriana Alarco, Óscar Colchado, Pilar Dughi, Marco Cárdenas, Yelinna Pulliti, Fernando Carrasco, y Carlos Saldívar. El grupo es disímil en cuanto a la temática planteada, pues algunos de ellos no se ajustan en estricto al terror y menos aún al suspenso. Comentaré algunos de éstos.
“Un nuevo corazón” de Adriana Alarco, se centra en la carencia, soledad y orfandad del personaje cuasi-ribeyriano extraído de “Los gallinazos sin plumas”. El niño explotado, recluido en una “cárcel”, contrasta con su inocencia y pureza. El niño terminará por ser entregado por su explotador como donante del órgano vital: el corazón. En su inocencia, el niño cree en la posibilidad de conocer finalmente el paraíso y de encontrarse con su madre fallecida; situación algo similar a la de un conocido y patético vals criollo, sobre el niño que roba un ovillo de hilo pues su objeto de deseo es la madre ausente.
“¡Apúrense, por favor! de Pilar Dughi, plantea una situación de suspenso respecto a una abuela que teme por el suicidio de su hijo y nieta. El título del cuento alude a la expresión de angustia frente a la policía. Se trata de un terror psicológico. Todo intento será vano para evitar el trágico desenlace.
“El charangista” de Mario Cárdenas hay reiterados guiños al lector respecto de los malos augurios que se centran sobre el personaje central. El relato tiene como anécdota a un músico en decadencia, que hospedándose en casa del narrador-personaje llamado don Mario, terminará por llevarse el alma de la esposa de su anfitrión.
“El perro” de Yelinna Pulliti es un relato en donde destaca su carácter dialogal entre Angello, perdido en medio de la sierra y el anciano Óskar, quien le da cobijo, pero progresivamente se establecerá una relación de amo-esclavo. Óskar posee, además, un perro llamado Tadeo. Sin posibilidad de escapar, Angello estará condenado a esa situación frente a Óskar y su alter-ego, Tadeo.
“Nos han dejado solos” de Fernando Carrasco, construye un relato fantástico sobre el tópico del doble. Al igual que en el caso del cuento “La huella” de Ribeyro, el personaje se ve a sí mismo en su funeral descubriéndose que está muerto.
“Mal de luna” de Carlos Saldívar, aprovecha un episodio histórico real (el alunizaje en la luna) para hacer una relectura en clave fantástica: Neil Armstrong sería el último hombre en pisar la luna pues la fuerza de ésta actualiza el lado siniestro del hombre. Si la creencia popular señala que la luna metamorfosea al hombre en lobo, imaginad a aquél que llega físicamente a ella, en lo que podría convertirse.
Si bien en casi todos predomina la línea fantástica, pocos son los que logran mantener el suspenso y menos aún, producir terror. Si en algo coinciden son en dos cosas: la presencia explícita/implícita de la muerte y la fuerte presencia de la naturaleza (y del espacio no urbano y sí más bien rural/andino), como generadora –en términos ideales– de la atmósfera de terror. En ese sentido, son relatos de estirpe clásica o ya conocida, excepto el texto de Saldívar que resulta el más interesante del grupo. A pesar de lo dispar de los textos, se trata, sin duda, de una buena alternativa que cumple con el propósito inicial del libro: fomentar la lectura.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola