sábado, 2 de agosto de 2014

Daniel Salvo. El primer peruano en el espacio. Lima: Altazor, 2014. 173 pp.


Obra maestra
Muy buena ***
Buena
Regular



Daniel Salvo. El primer peruano en el espacio. Lima: Altazor, 2014. 173 pp.

            El primer peruano en el espacio es el esperado primer libro de Daniel Salvo (Ica, 1967). El libro incluye relatos publicados en antologías y medios virtuales, en ese sentido es más una reunión de textos cuyo eje es la CF, y en menor medida lo fantástico. Los temas principales que recorren el libro son: el apocalipsis (“Clase de historia”, “El agua”, “El arca”, “Quipucamayoc”), los viajes en el tiempo y las paradojas (“El escritor más famoso de todos los tiempos”, “El nombre no es importante”), los monstruosos lovecraftnianos y civilizaciones perdidas (“El profundo”, “Necronomicon Peruvianis”). A pesar que los relatos representan e imaginan el futuro,  los textos están sólidamente anclados en una mirada urbano-limeña, es decir, están narrados desde un humor criollo e ironía, por momentos en clave palmista (al modo de Clemente Palma), cuyo estilo puede resultar algo anacrónico en pleno siglo XXI.

Detrás de toda la parafernalia propia de la CF se esconden en varios relatos un miedo profundo: el temor a la mezcla producto del mestizaje (“El amante de Irene”, “El refugio”, “La hija del mar”, “La raza perdida”). Esto activa el problema racial de la nación, alegorizado en unos casos, bajo formas alienígenas, en otras, bajo formas indígenas. Hay un intento de buscar la peruanidad en el ande, pero a través de estereotipos; por ello el mundo andino cobija seres monstruosos que amenazan a la modernidad urbano-limeña (“Horror en la cueva”, “La bestia olvidada por el tiempo”). Los andes son una amenaza. La alteridad radical, lo monstruoso se encuentra fuera de Lima, fuera de centro del poder simbólico y real.

El otro eje es el poder ligado también a lo racial. En “El primer peruano en el espacio” se hace una síntesis del problema racial en el Perú, la discriminación y de cómo en el futuro solo cambiaremos de amos coloniales (el alienígena), pero el problema de la dominación continúa, bajo un discurso conciliador y encubridor de las diferencias raciales: “De qué capacidad habla, capitán? ¿De la capacidad para trabajar en una mina? ¿De la capacidad para empuñar un arado? ¿De la capacidad para formar parte de la servidumbre de la casa de un blanco?” (17). Al final se revela que el capitán blanco de la nave no es otro que el alienígena, que ha pasado a ocupar el lugar del amo blanco, mientras nosotros continuamos en una condición de subalternidad. “El agua” es otro relato en donde desde una posición periférica se ofrece una alternativa al apocalipsis a partir de una tecnología basada en la pobreza y la carencia. Quizás sea el mejor relato del libro. “El arca” ofrece nuevas relaciones sociales en un mundo al borde del apocalipsis, sobre la base de un contrato que obliga al firmante y sus generaciones posteriores, a servir de esclavos, por haber sido salvados del desastre. O el poder nazi genocida que se recicla en “La rueda del progreso”.

El primer peruano en el espacio de Daniel Salvo es altamente entretenido y muy bien escrito. Sus cuentos se inscriben dentro del paradigma clásico de la CF y la literatura pulp. Es un intento de escribir CF peruana (y no CF) lo que lo hace destacable.

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos