martes, 13 de diciembre de 2011

LO FANTÁSTICO EN HISPANOAMÉRICA. Texto de presentación de Ricardo Burgos



ELTON HONORES (COORDINADOR)

LO FANTÁSTICO EN HISPANOAMÉRICA
Lima: Cuerpo de la Metáfora, 2011. 291 pp.
ISBN: 978-612-45440-2-6


De los dieciséis textos que componen el libro Lo fantástico en Hispanoamérica compilado por Elton Honores, he tenido la oportunidad para esta presentación de mirar seis de ellos. Así pues, me gustaría sintetizar muy brevemente la temática de cada uno de esos textos y luego proponer unos comentarios al respecto. Mencionaré los artículos en mi orden de lectura, que no es necesariamente el orden que ellos tienen en la obra.

En primer lugar, Miguel Ángel Fernández Delgado escribe “Santo, el Enmascarado de Plata y su influencia en la literatura mexicana”, un texto, como su título lo dice, que analiza el modo en que el mítico luchador mexicano conocido como El Santo, ha sido incorporado en la obra narrativa de distintos escritores de aquel país. En algunas ocasiones El Santo ha sido visto como el típico macho mexicano, otras veces como un sujeto tan puro y recto que literalmente podría ser canonizado por El Vaticano; a veces como un exponente del “humorror” (mezcla de humor y terror tan típico de las películas de este héroe); otras tantas, como uno de los polos del equilibrio cósmico (el del bien que batalla contra el mal). En todo caso, es claro que, así como es posible entender mucho del imaginario norteamericano si se estudian superhéroes tipo Batman o Supermán, si se estudia a un paladín como El Santo podemos entender gran cantidad de aspectos del imaginario latinoamericano.

En “Utopías en un espacio salvaje: la ciencia ficción en Brasil” de Braulio Tavares se hace un recorrido por la historia de la literatura fantástica y la ciencia ficción brasileñas, desde el siglo XIX hasta nuestros días, mostrando cómo estas obras de los últimos dos siglos, no sólo responden a los dilemas que la modernidad le ha planteado al hombre contemporáneo, sino que al mismo tiempo abordan a su manera problemas típicos de Brasil como el espacio salvaje amazónico del interior del país, asuntos sociales como el racismo o el modo en que las élites brasileñas enfrentan el carácter mestizo de su pueblo, o diversos asuntos políticos que se corresponden a conflictos que en este campo ha enfrentado la nación. El texto de Tavares revela también como el escritor brasileño de ciencia ficción tanto ayer como hoy, ha enfrentado el reto que se le presenta de asimilar la ciencia ficción y fantasía anglosajonas (que son las más populares en el mundo), pero al mismo tiempo no olvidar la propia tradición literaria brasileña. Como se verá, esa conjunción tanto de la vertiente anglosajona del género como de las corrientes nacionales, es la tarea no sólo del escritor brasileño de ciencia ficción, sino también de la totalidad de escritores latinoamericanos en el campo.

En el tercer texto de este recorrido (“Una cartografía de la ciencia ficción cubana a través de la obra de Yoss” de Juan Carlos Toledano), asistimos a un doble recuento. De un lado se nos muestra lo ocurrido en la ciencia ficción cubana durante el siglo XX y hasta estos principios del XXI, y del otro se examina la obra de un escritor cubano paradigmático en el género, como es José Miguel Sánchez (Yoss). El cuadro que Toledano nos presenta es el de una ciencia ficción que ha sufrido algunos avatares particulares como el de la implantación, a partir de la década del setenta, del Realismo Socialista que la Revolución Castrista importó de la Unión Soviética para el arte cubano, pero que, luego de superado aquel trance, se presenta como una de las cienciaficciones más robustas que se escriben en el idioma castellano. En el artículo, la obra de Yoss es empleada para ejemplificar las diversas etapas que el género fantástico ha atravesado en la isla.

El cuarto texto pertenece a Fernando Burgos y se titula “Las zonas imaginantes de lo fantástico en Felisberto Hernández y Mario Levrero” y allí, tras una breve disquisición sobre cómo lo fantástico es un modo de acceder a zonas más profundas de lo real, así como una muestra de la índole metafísica del ser humano, el autor analiza algunos cuentos de los escritores uruguayos Felisberto Hernández y Mario Levrero. De esta manera, observamos el modo en que Felisberto Hernández amalgamó ciertas influencias modernistas y vanguardistas de comienzos del siglo XX, con su peculiar mirada de lo irracional; y como Levrero, en la segunda mitad del siglo XX, buceó en el inconsciente humano.

Pampa Arán escribe el quinto artículo llamado “Otro y el mismo. Actualidad del fantástico en cuatro narradores argentinos”. En este caso, se analizan cuatro novelas correspondientes a cuatro narradores argentinos contemporáneos como son Gustavo Nielsen, Pablo de Santis, Carlos Gardini y Marcelo Cohen. La autora expone cómo ese “ fantástico rioplatense” del cual los escritores considerados son exponentes, es hoy en día un hipergénero que emplea elementos de otros discursos audiovisuales, pero manteniendo el lenguaje verbal como la forma primordial de exploración. Desde esa matriz se abordan problemas típicos de la cultura occidental contemporánea, pero también de la Argentina de nuestros días. El “fantástico rioplatense” retoma la herencia de Cortázar, Borges, Bioy Casares o Felisberto Hernández, pero a la vez es un género que intenta nuevas hibridaciones.

Por último, el industrioso Elton Honores nos entrega su texto “Ortodoxos y heterodoxos: hacia un panorama de la narrativa fantástica peruana contemporánea (1980-2010) desde el sistema literario”. En él se nos revela como desde las décadas del setenta y el ochenta y hasta nuestros días, el registro fantástico va progresivamente ganando espacio y peso al interior de la literatura peruana, de modo que hoy en día, él compite al lado de otras narrativas del país como la neorrealista, la neoindígena, la andina, la posmoderna, la light u otras literaturas de género. Asimismo, el autor aventura una primera taxonomía de escritores fantásticos peruanos con dos clases básicas: los ortodoxos (que esencialmente siguen los modelos anglosajones clásicos del fantasy y la ciencia ficción) y los heterodoxos (más dados a la mezcla y a la experimentación a partir de los modelos clásicos del género).

¿Qué impresiones u observaciones dejan los seis textos que he referido? De modo aleatorio quisiera mencionar tres.

En primera instancia, los diversos textos aluden de una forma u otra a algo que ya es común en estos tiempos y es la fusión. Así como algún periodista aseveraba alguna vez que el rock latinoamericano no es rock propiamente dicho, sino la fusión del rock anglosajón con otros ritmos y sonoridades propios del mundo latino, podría afirmarse lo mismo de la literatura fantástica latinoamericana. Ella es una particular conjunción de la gran tradición anglosajona en la fantasía, el terror y la ciencia ficción, más la tradición perteneciente a la corriente principal de las letras latinoamericanas, más la propia tradición fantástica latina que va desde el modernismo hasta figuras cimeras como Borges, García Márquez o Cortázar, más otra cantidad de discursos que se originan en las propias sociedades o culturas latinoamericanas. Las letras fantásticas latinoamericanas –para usar el término de Arán- son un hipergénero que gustosamente mezcla y remezcla acervos, lenguajes y estilos heterogéneos, y que –oh sorpresa- no podría ser acusada de escapista (aunque para mí el escapismo no tendría ni tiene nada de malo). Paradójicamente para algunos, el fantástico latinoamericano no le ha dado la espalda a sus países, sino que, a la hora de sus creaciones, ha incorporado también esas imágenes y problemáticas tan cotidianas y tan nuestras. Por eso es que, por ejemplo, el fantástico latinoamericano le concede espacio en sus obras al popular luchador mexicano, al tremendo mundo salvaje de la amazonía brasileña, a los balseros y jineteras cubanas, o a los desaparecidos bajo una de las tantas dictaduras argentinas.

En segundo lugar, quisiera plagiar una de las ideas del referido Elton Honores cuando menciona que en la literatura fantástica peruana puede hablarse de un grupo de ortodoxos y otro de heterodoxos. Creo que si esa noción la aplicamos a todo el ámbito latinoamericano, y no sólo al peruano, el resultado sería similar. Desde los textos leídos, también se advierte que en las letras fantásticas latinoamericanas hay un grupo de creaciones ortodoxas que sigue la senda de la gran tradición anglosajona en el género, y otro grupo de creaciones heterodoxas que asumen el legado anglosajón, pero a la vez se toman muchas libertades respecto de él, a fin de experimentar tanto en forma como en contenido. A mí modo de ver –y esta es sólo mi opinión- este segundo grupo, desde un punto de vista puramente estético, sería el más interesante.

Por último, quisiera agregar que la lectura de los artículos que me correspondieron de “Lo fantástico en Hispanoamérica”, revela que en nuestros países el fantástico es un género (o hipergénero) mucho más abundante y complejo de lo que un observador primerizo podría pensar, es él un apasionante país por descubrir que merece estudios más detallados como éste que hoy se está lanzando. Mis felicitaciones a Elton Honores por esta compilación y ojalá vengan otras. Muchas gracias.


Campo Ricardo Burgos López
Universidad Sergio Arboleda