Ricardo Virhuez. El dios araña. Lima: Ambar, 2018. 92 p.
Ricardo Virhuez (Lima, 1964) publicó en 2010 El dios araña, reeditado años después por la editorial Ambar. Javier Ágreda (2010) vinculaba esta novela con el “boom” de la novela juvenil de la segunda mitad del siglo XX. Destacaba el uso del lenguaje coloquial y criticaba el hecho que haya “[…] demasiada sangre y crímenes, y en cambio falte un poco de profundización en las emociones y forma de pensar de los adolescentes”. En una entrevista de 2011 Virhuez comentaba el origen de la historia: “Es una novela cuya historia se originó en un taller de novela que dicté en la Universidad Nacional de Trujillo. En ese momento, inventé la trama y los estudiantes participaron dando ideas, afinando personajes y sugiriendo desenlaces. La idea me siguió dando vueltas, hasta que al fin me animé a escribirla” (eldiosarana, 2011).
La novela se lee de un tirón, tiene un buen ritmo y mantiene una fluidez tanto en la historia como en el uso del lenguaje coloquial, la jerga juvenil de un grupo de estudiantes de arqueología que se ve envuelta en una trama detectivesca y cuasi policial, de misterio e intriga acerca de una antigua divinidad moche que otorga la juventud eterna a cambio de sacrificios humanos, hecho que se devela al final de la novela. La historia está matizada con el romance juvenil entre el personaje central y el misterio que envuelve a la ciudad con las extrañas muertes. Si tuviésemos que buscar un antecedente sería Bajo la piel (1996) de Francisco Lombardi.
En Lombardi la trama es realista y hace referencia a la violencia residual del terrorismo en los años 90, o del fanatismo de un profesor de historia que viene cometiendo estos crímenes para reivindicar ese pasado prehispánico. En Virhuez la trama roza lo fantástico y el terror al darle esa ambientación, pero termina por imponerse los códigos realistas y la trama amorosa.
Esta novela se escribió en 2010 cuando -grosso modo- los narradores fantásticos no incorporaban necesariamente referencias locales o alusiones a la mitología local, que puede ser una alternativa a un fantástico más globalizado o internacional. En ese punto El dios araña es pionera y amerita una reedición, quizás acompañada con otras notables ilustraciones de Josse Sivana, quien realiza la portada de esta edición.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos