Antoanette Alza Barco. 4321. El milenio
de los inmortales. Lima: Altazor, 2018. 101 p.
Antoanette Alza Barco (1979) es autora de 4321. El
milenio de los inmortales. El libro contiene cuatro textos de estructura
teatral (por su división en escenas y diálogos), dada su experiencia en la
producción de obras de teatro. A nivel formal, los tres primeros textos pueden funcionar
como cuentos, puesto que prima lo narrativo sobre el conflicto en sí. Solo el
último texto puede presentarse como dramaturgia, con similitudes a las obras de
Becket o Ionesco.
Los temas que plantea la autora son: el racismo, la
marginación y la pérdida de la condición de seres humanos en “Hela”, además del
poder de la ciencia sobre la vida y dignidad humana; la posibilidad de una
nueva civilización en “Los inmortales”, lo que supondrá “[…] una nueva forma de
contrato social, una nueva constitución mundial, nuevas estructuras éticas,
políticas y ecológicas” (47); la emergencia de una nueva raza, el viaje
espacial en un marco posapocalíptico en “GER”; y la respuesta a la eterna
pregunta sobre el destino y objeto de la existencia humana en “4321”, bajo
formas alegóricas que recuerdan en algo a ¡Madre!
(2017) de Aronofsky. Dos elementos transversales recorren los textos: un
conflicto de identidad o condición humana de los personajes, que se sienten
otros o son tratados como otros y la irrupción de la enfermedad o determinados
síntomas particulares que los hacen diferentes.
En “Hasta que la muerte”, el maestro Adolph demuestra con
su pesimismo, la inutilidad de la inmortalidad y que es la muerte la que nos
hace humanos y plantearnos proyectos. La premisa de Alza Barco es contraria, la
inmortalidad puede ser buena, puede combatir enfermedades, la ciencia terminará
por configurar un nuevo tipo de humanidad al que no hay que tenerle miedo. Es decir, en términos ideológicos se inclina –muy
en el fondo- al sentimiento esperanzador hacia la ciencia y el progreso: a la
utopía.
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos