domingo, 13 de noviembre de 2016

Futuros en el mismo trayecto del sol. Antología de ciencia ficción y fantasía dominicana. Odilius Vlak (Comp.). Santo Domingo [República Dominicana]: Santuario, 2016. 122 pp.




Futuros en el mismo trayecto del sol. Antología de ciencia ficción y fantasía dominicana. Odilius Vlak (Comp.). Santo Domingo [República Dominicana]: Santuario, 2016. 122 pp.

            En el nuevo milenio, lo fantástico y la ciencia ficción latinoamericana han adquirido mayor visibilidad ya sea a través de antologías y de congresos que agrupan a este grupo singular de escritores. Los polos en los que se concentra la mayor producción –en la actualidad- son: Argentina, México, Brasil y Perú, a los que se unen Chile y Uruguay. Es claro que cada país cuenta con una tradición aún en exhumación (por ejemplo se han elaborado recientemente antologías en Bolivia, Ecuador y Venezuela), pero existe un espacio casi desconocido para América del Sur que es la literatura centroamericana. A pesar de compartir la misma lengua, es prácticamente desconocida la literatura del siglo XXI de Puerto Rico, Costa Rica o de otros países de la región. La poca difusión tiene varios factores: la mala (o acaso nula) distribución-circulación de los textos, la ausencia de una editorial latinoamericana en el sentido estricto que publique autores de la región (la editorial “Santuario” de Lima es una grata excepción), la falta de una colección de “clásicos latinoamericanos” de lo fantástico y la CF,  la imposibilidad de edición en simultáneo en varios países; o incluso el hermetismo de los propios autores que anulan los vasos comunicantes con la crítica. Más bien lo que asistimos es a una difusión underground y parcial de estos autores en medios virtuales y la falta de políticas editoriales claras de difusión, no diré ya solo de lo fantástico o CF sino de todo tipo de registro. Así las producciones latinoamericanas, en el mejor de los casos, se circunscriben solo a sus respectivos países, conformando “guetos” locales urbano-capitalinos.

Es por ello que llama mucho la atención la antología Futuros en el mismo trayecto del sol. Antología de ciencia ficción y fantasía dominicana, compilada por el escritor Odilius Vlak (Azua, 1976), seudónimo de Juan Julio Ovando Pujols. El libro cuenta con un prólogo y un epílogo. En el prólogo, Vlak, establece los antecedentes del género en República Dominicana, que si bien es eventual, propone a Virgilio Díaz Grullón (1924-2001) como figura fundacional. Sobre la marginalidad del género en Latinoamérica, Vlak sostiene que se deben a la poca credibilidad del género, el prejuicio a la CF de parte de los sectores intelectuales de izquierda. A ello se suma la ausencia de modernidad que impidió un desarrollo científico sostenido (esto es más bien un prejuicio extendido en la CF latinoamericana, antes que una verdad, pues a pesar de esta modernidad periférica, sí se produjeron textos de CF). En cuanto a la fantasía, sostiene que “somos menos propensos a explorar nuestros mitos locales y reinventarlos con dicha herramienta” (14-15). El elemento mítico será consustancial a la CF. A ello se agrega que la CF posee tanto de “literariedad”, como de “cientificidad”. En el epílogo, Peter Domínguez, en la misma línea insiste en el componente cientificista de la CF para diferenciarlo de la fantasía en sí.

En cuanto a los siete textos antologados, no es casual que presenten a héroes solitarios que luchan contra un poder opresivo (¿acaso el propio establishment literario?) permanente (que alude también a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo entre 1930 y 1961, o el de Joaquín Balaguer 1966-78). A ello se suma la creencia por la cual la humanidad sería descendiente de una suerte de “alienígenas ancestrales”, en la línea de History Channel,  la mezcla entre religión y tecnología, los códigos de lo real-maravilloso, el uso de una “jerga” científica –por momentos excesiva, ya que no se explica la función de estos nuevos “objetos” del futuro imaginado. Las influencias van desde Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, H.P. Lovecraft, pasando por E. A. Poe y 2001 de Kubrick. Destacan del conjunto “La extraña osamenta de Antarte”, en el que el descubrimiento de vida extraterrestre que ha fundado nuestra civilización, tiene como efecto, el castigo a quienes han descubierto la verdad: el personaje central entra en una dimensión paralela en la que lo toman por demente; y “La invasión de los elefantes” de temática apocalíptica, con una intertextualidad a El rinoceronte de Ionesco.

Podemos concluir que la CF dominicana está en progreso, pero cuenta ya con un grupo notable de autores, algunos con mayor ambición, como el propio Vlak, que optan por mirar (o crear) su propia tradición desde el mito y la historia, sin dejar de lado lo global.

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

sábado, 12 de noviembre de 2016

Hans Rothgiesser. Réquiem por San Borja. Lima: Altazor, 2016. 174 pp.


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Hans Rothgiesser. Réquiem por San Borja. Lima: Altazor, 2016. 174 pp.

            Réquiem por San Borja de Hans Rothgiesser (Lima, 1975) es la continuación de Requiem por Lima. La novela inicial tiene varios elementos interesantes para el análisis de la sociedad peruana, pues potencia al zombi como discurso social, al modo de los films de Romero (ya comentados en un post anterior); en esta segunda entrega, el autor opta por la novela de acción –con escenas de violencia que se reiteran a lo largo del texto. Es decir, Réquiem por San Borja es una novela de supervivencia en sí misma, por lo que hay poco espacio para la reflexión social.

            En cuanto a las escenas de violencia llama la atención la imagen reiterada del héroe que atraviesa el ojo del zombi. Las implicancias de esta imagen es la destrucción del monstruo en dos niveles: cognitivo (ser localizado por este) y sexual (ser devorado), esto último, como lo sugiere Ignacio Padilla en El legado de los monstruos.

            El personaje central, que quedó varado –en Réquiem por Lima- en medio de las costas, es retornado a la ciudad (por una coyuntura que se explica en la novela), pero esto no hace sino alargar la trama de la primera entrega. Solo se agregan dos elementos adicionales: la presencia de niños y el “pentagonito”.  Sobre lo primero, y siguiendo lo propuesto por Juan Carlos Ubilluz (2012), para ciertas películas apocalípticas (La guerra de los mundos, Presagio, Señales, Impacto profundo) se produce la reinstalación de la figura del padre, en este caso, el héroe solitario debe asumir la responsabilidad de salvarlos, con la esperanza de que aquellos funden una nueva sociedad, ya que los adultos solo optaron por sobrevivir. En cuanto a lo segundo, el espacio del poder militar local se convierte más en un decorado en donde transcurren parte de las acciones narradas por el héroe, quien confiesa abiertamente su odio hacia los militares (18).

            El narrador establece jerarquías en este mundo postapocaliptico, pues cito: “El zombi que se nos acerca no está vestido igual que los otros tres. Además, por más asquerosos que me parezcan los muertos reanimados, los tres que eliminé tenían un grado de limpieza. El que se nos acerca, en cambio, está más cerca del típico cadáver andante con el que me suelo encontrar en mis visitas a Lima. Parece haber sido un obrero, pues lleva blue jeans, un polo viejo y un chaleco anaranjado con franjas amarillas […] (36, énfasis míos)”. Es decir, habrían zombis limpios (no obreros) y zombis asquerosos (obreros). Otro aspecto es que una de las búsquedas es “ropa” para los niños rescatados. Si bien la trama se desvía un poco de la sobrevivencia que experimentan frente a la amenaza zombi, me pregunto qué tan prioritario sería esta búsqueda en una situación real.

            La novela se cierra con la muerte del héroe en el momento del umbral (mientras es devorado por los zombis), así que, no sabemos si se clausura el ciclo o si se apelará al “universo expandido”, que permitirá nuevas aventuras, con nuevos personajes, en una ciudad, que como afirma el narrador “nunca me terminó de gustar” (173).

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Audrey Louyer. Pasajes de lo fantástico. Propuesta de teoría para un estudio de la literatura de expresión fantástica en el Perú. Lima: Maquinaciones, 2016. 158 pp.

 
Audrey Louyer. Pasajes de lo fantástico. Propuesta de teoría para un estudio de la literatura de expresión fantástica en el Perú. Lima: Maquinaciones, 2016. 158 pp.
Los estudios sobre la literatura fantástica peruana han cobrado mayor fuerza en el siglo XXI. A los ya publicados este año –Del otro lado del espejo (Güich, Susti & López Degregori) e Historia del mal (Sánchez Franco)- se suma Pasajes de lo fantástico de Audrey Louyer (Reims, 1986). Se trata de una versión condensada de su tesis doctoral, originalmente escrita en francés. Los aportes son significativos: en primer lugar, estudia la producción fantástica peruana contemporánea, con los criterios que establece Umberto Eco (estudiar a un autor contemporáneo como si fuese un clásico y viceversa), es decir, en este caso, analiza en profundidad las estructuras narrativas. En segundo lugar, introduce una teoría novedosa que se apoya tanto en los ya conocido, como en otros teóricos, como Jean Fabre, no traducido al español, y lo vincula con la teoría narratológica de Genette y la del propio Harry Belevan.
En cuanto a su noción de “pasaje”, este se define como “[…] la ‘co-incidencia’ de dos planos, su realización simultánea e imposible […] Impon[e] al lector un orden diferente, y sobre todo empujarlo hacia este, con el riesgo de quedarse atrapado en el medio” (47), es decir, se trata de un estudio retórico de lo fantástico “clásico” basado en ese quiebre de realidad o apertura a dos realidades simultáneas que convergen en un mismo texto.
Las observaciones al trabajo radican en dos puntos: el corpus elegido –basado en trabajos antológicos- responden no a una selección hecha por la propia autora sino que esta mediada por los gustos y sensibilidades de los antologadores, lo cual hace que su aproximación a lo fantástico sea indirecta; en segundo lugar, deja de lado el contexto socio-cultural en el que inscriben los textos y por ello, compara autores distantes –temporalmente- entre sí. Sobre esto último, propone un cuadro de autores agrupados en “Los precursores” (que serían los modernistas y posmodernistas); “Los continuadores” (que corresponden a la Generación del 50); “Los modernos” (para los años 60s y 70s); “Los autores nacidos en las décadas de 1950 y 1960” y “Los  jóvenes” (para aludir a los nacidos en los años 70s). Los criterios para agruparlos son el año de nacimiento y no tanto la publicación del texto (pues hay desfases en varios autores).
Pasajes de lo fantástico es un estudio que reflexiona sobre un corpus de textos fantásticos y confirma el cada vez mayor interés del mundo académico por esta producción. Se ha anunciado una segunda parte del libro (con una selección de textos estudiados) lo que complementará la propuesta de la autora.
 
Elton Honores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos