Na! Año 4. Número 6 / 2011. 66 pp. Facultad de Arte y diseño empresarial. Universidad San Ignacio de Loyola.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
Acaba de salir el sexto número de la revista Na!, publicada por la Facultad de Arte y diseño empresarial de la Universidad San Ignacio de Loyola. Destaca un artículo de investigación imperdible sobre la historieta peruana El Supercholo como primer superhéroe, por Diana Rodríguez Díaz; la propuesta de diseño para el Metropolitano de Israel Peralta, en donde se reflexiona sobre la identidad peruana; el artículo sobre el llamado Net Art de Vicky Ávalos; y las reflexiones de Raúl Echeandía sobre la publicidad. Incluye, además, trabajos fotográficos de Christopher Carrasco, Enrique Chiroque y Rafael Vivanco; entre otros interesantes artículos.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Literatura fantástica y ciencia ficción en Perú e Hispanoamérica * Fantastic literature, fantasy, horror fiction, science fiction, cartoon, comic in Peru and Latin American
martes, 28 de junio de 2011
Rodrigo Núñez Carvallo. Sed de Sangre. Lima: QG editores, 2011. 48 pp. (Colección Sobrenatural del diario Correo, 2011).
Rodrigo Núñez Carvallo. Sed de Sangre. Lima: QG editores, 2011. 48 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
Si es posible unir historias tan disímiles como Paranoid Park de Gus van Sant y The Texas Chainsaw Massacre de Tobe Hooper, Rodrigo Núñez Carvallo (Lima, 1953) lo ha conseguido. Y es que el mundo adolescente que tiene en el skate una forma de reafirmarse como individuo, se une al terror –en este caso sobrenatural– de seres que aman la noche, que beben sangre para mantener la juventud eterna, seres imposibles más allá de toda lógica que coexisten e interrelacionan con nosotros –ignorantes de su condición.
Como toda historia fantástica que apela al monstruo, es difícil dejar de lado la larga tradición sobre el particular (la chica ávida por lo sexual; la transgresión de lo prohibido; la metamorfosis, el mundo nocturno, los colmillos, la sangre en sí). Sin embargo, el autor logra imponer un sello personal (más allá de ubicar la historia en espacios limeños socialmente emergentes y acomodados).
Socialmente podemos establecer que el mundo vampírico –de Cinthia y su familia– es de cuño aristocrático, mientras que el sector “emergente” –expresado en Renzo– termina siendo vampirizado (quizás él inconscientemente desea “unirse” también en términos económicos) por efectos del amor. La atmósfera de la fiesta vampírica más que gótica es hardcore punk o metal (dixit: el pogo).
El final abierto deja en la incertidumbre de si Renzo, ya transformado conseguirá a su primera víctima (Zoe, amiga de Cinthia) o si ésta logrará salir indemne de esa circunstancia. Si lo último es hipotéticamente posible, también nosotros podemos estar seguros al no volver a transgredir lo prohibido.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
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Si es posible unir historias tan disímiles como Paranoid Park de Gus van Sant y The Texas Chainsaw Massacre de Tobe Hooper, Rodrigo Núñez Carvallo (Lima, 1953) lo ha conseguido. Y es que el mundo adolescente que tiene en el skate una forma de reafirmarse como individuo, se une al terror –en este caso sobrenatural– de seres que aman la noche, que beben sangre para mantener la juventud eterna, seres imposibles más allá de toda lógica que coexisten e interrelacionan con nosotros –ignorantes de su condición.
Como toda historia fantástica que apela al monstruo, es difícil dejar de lado la larga tradición sobre el particular (la chica ávida por lo sexual; la transgresión de lo prohibido; la metamorfosis, el mundo nocturno, los colmillos, la sangre en sí). Sin embargo, el autor logra imponer un sello personal (más allá de ubicar la historia en espacios limeños socialmente emergentes y acomodados).
Socialmente podemos establecer que el mundo vampírico –de Cinthia y su familia– es de cuño aristocrático, mientras que el sector “emergente” –expresado en Renzo– termina siendo vampirizado (quizás él inconscientemente desea “unirse” también en términos económicos) por efectos del amor. La atmósfera de la fiesta vampírica más que gótica es hardcore punk o metal (dixit: el pogo).
El final abierto deja en la incertidumbre de si Renzo, ya transformado conseguirá a su primera víctima (Zoe, amiga de Cinthia) o si ésta logrará salir indemne de esa circunstancia. Si lo último es hipotéticamente posible, también nosotros podemos estar seguros al no volver a transgredir lo prohibido.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
William Guillén Padilla. Microcuentos. Lima: Sumeria editores/ Lluvia editores. 2011. 183 pp.
William Guillén Padilla. Microcuentos. Lima: Sumeria editores/ Lluvia editores. 2011. 183 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
William Guillén Padilla (Cajamarca, 1963) ha integrado dos volúmenes previos (Los escritos del oidor; Los que Yo Barman oí) en este libro titulado Microcuentos. La selección pertenece a Nella Díaz. Sin duda se trata de un magnífico conjunto de microrrelatos que conjugan el orden urbano con el andino. En él aparecen objetos que piensan y cobran vida; animales que piensan que en muchos casos, nos hacen pensar en el orden de lo maravilloso. Pero también hay una ironía muy fina, juegos de palabras, la mezcla de lo erótico y lo religioso y la preferencia por narrar desde el otro lado. Creo que la obra de Guillén tiene su doble literario en los cuentos y microrrelatos de David Roas de Horrores cotidianos y Distorsiones (muchas historias se parecen entre sí). Guillén Padilla tiene un estilo nuevo y desconocido en este lado del espejo. En suma, Microrrelatos es un libro imperdible y de lectura obligatoria.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Fernando Luque Badenes. Las alas de la lombriz. Lima: Arkabas, 2010. 120 pp.
Fernando Luque Badenes. Las alas de la lombriz. Lima: Arkabas, 2010. 120 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
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Fernando Luque Badenes (Lima, 1964) es autor de la novela Las alas de la lombriz. La acción transcurre en un espacio de resonancias andinas y a la vez, medievales, en un tiempo alterno al histórico y real. Podríamos argumentar que es la historia de Wayra, un niño genio (al modo de un Leonardo da Vinci), inventor de máquinas, cuya vida pobre transcurre en paralelo con la vida del príncipe Pachak, hijo del rey. Pero también es la posibilidad de dos formas de gobierno que aparentemente se oponen y excluyen mutuamente.
Cuando llega una peste desconocida al reino, los enfermos terminan siendo expulsados. Con la ayuda de Wayra, logran no solo encontrar la cura sino que, además, pueden construir una ciudad opuesta en términos políticos al del reino oficial, que debe mantenerse en la clandestinidad para no desaparecer. Transcurridos cincuenta años, con Pachak ya como nuevo rey e informados de la existencia de esta ciudad al margen –que tiene a Wayra como su líder–, deciden destruirla.
Es aquí cuando se comienzan a aparecer una serie de inventos desconocidos para la mentalidad de los protagonistas (dixit: globos aerostáticos al modo de los de Julio Verne) que rompen no solo la realidad intratextual sino extratextual. ¿Se trata de una novela de ciencia ficción? Desde el punto de vista del mundo representado, tiene grandes conexiones, pues si bien causan asombro y sorpresa, éstos son luego “explicados”, lo cual hace que el texto se incline hacia la cf antes que a lo propiamente maravilloso.
Pero además de ser una novela con escenas bélicas muy bien narradas (que nos recuerdan a las sagas de J. R. R. Tolkien, rearticuladas al orbe andino o a la fantasía heroica, si esto es posible) y estructuradas al modo de un juego de ajedrez; es a la vez, un alegato contra los estados totalitarios y opresivos que causan destrucción. Así, hay en la novela un claro sentido político-alegórico. La ciudad alterna, marginal, llamada “ciudad de los enfermos”, constituirá un proyecto de desarrollo comunitario, que deja de lado los egos e intereses personales en beneficio del bien común.
Las alas de la lombriz, demuestra que lo fantástico local alcanza un registro propio y madurez, y que es desde la novela (y ya no desde el cuento, visto siempre como género menor) donde se organiza el discurso fantástico.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
domingo, 26 de junio de 2011
Él [Julio Meza Díaz]. Lugares comunes. Lima: Ínfima, 2011. 55 pp.
Él [Julio Meza Díaz]. Lugares comunes. Lima: Ínfima, 2011. 55 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
Él, alter-ego de Julio Meza Díaz (Lima, 1981) y personaje de la novela Solo un punto (2010), publica este segundo libro de poemas: Lugares comunes. La dicotomía de su anterior libro (Matemáticas sentimental) vuelve a aparecer: lo sólido o lo líquido (“Solución”), la tristeza y la felicidad (“La mejor compañía”); pero todos ellos están atravesados por dos ejes: la angustia por la identidad (Minotauro y poeta) y la duda por la percepción de lo real. Y es que la voz poética tiene un particular punto de vista que hace que los poemas sean más que sugerentes. Sin duda, un buen libro de poesía que sale del lugar común de la poesía.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Él [Julio Meza Díaz]. Matemáticas sentimental. Lima: Ínfima, 2011. 51 pp.
Él [Julio Meza Díaz]. Matemáticas sentimental. Lima: Ínfima, 2011. 51 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
Él, alter-ego de Julio Meza Díaz (Lima, 1981) y personaje de la novela Solo un punto (2010), acaba de hacerse presencia tangible con este primer libro de poemas, ganador de un concurso literario. Llama la atención del prólogo y del colofón las aliteraciones del fonema (s) que semejan el sonido del beso, sin embargo, el gran tema que recorre el libro es el problema de la identidad. La primera parte se denomina “Euclides y amigos”; la segunda, “No-Euclides y amigos”.
Así, en el primer poema (“La grave ley de la Ley de la Gravedad”) hay una trasmutación del sentido de lo bello, una inversión del orden en donde la materia de lo no poético puede llegar a serlo, por eso, “caer delicadamente” o “caer con violencia” semejan dos posibilidades estéticas: lo bello y lo horrible, que a veces terminan carnavalizándose.
En el segundo poema (“Causa y efecto”) se expresa el deseo de una unión ideal, de una fusión, sin embargo, cuando tanto la causa como la consecuencia decaen, el universo pierde su sentido. Y es que el universo, es solo una construcción, una arbitrariedad, una convención (o como diría Borges, una costumbre para referirse a la muerte). En “Principios de identidad”, descubrimos que “A” posee máscaras con las cuales oculta al ser. Por ello, mientras conversa amablemente con B y C, termina luego odiándolos.
En “1+1=/=2” hay una interesante conceptualización entre aquello que resulta un ente (cosa o res) en progreso (1+1) y lo estático (2). En 1+1, el resultado no es definitorio; en 2, resulta una totalidad inmutable y final. En “Cero”, vemos cómo puede ser ambivalente dependiendo de dónde se le ubique.
En la segunda parte del libro, la ironía será mayor, apelando a los juegos del lenguaje (“Teoría de las supersogas”), a la defensa del concepto de incertidumbre (“El mundo de la mecánica cuántica”), a la necesidad del propio reconocimiento del ser (“Respuesta de Agujero Negro”) o al actualizar lo infinito del amor en el aquí y el ahora (“Poema de amor”); todo ello con elementos minimalistas.
No es casual que el autor haya elegido como título dos conceptos antitéticos, que aparentemente se anulan entre sí: razón y sentimientos (Matemáticas sentimental). Sin duda, un libro de poesía nueva más allá de lo puramente ordinario.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Enrique Planas. Miedo al agua. Lima: QG editores, 2011. 48 pp. (Colección Sobrenatural del diario Correo, 2011).
Enrique Planas. Miedo al agua. Lima: QG editores, 2011. 48 pp. (Colección Sobrenatural del diario Correo, 2011).
Obra maestra ****
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Enrique Planas (Lima, 1970) es autor de Miedo al agua. El relato centra sus acciones nuevamente en la selva y recoge su imaginario popular. Como historia tópica, apela al juego de la prohibición/transgresión. De niña, la protagonista principal ha oído relatos orales sobre la prohibición de no acercarse a las orillas del río y menos aún, entablar diálogo con extraños (en este caso se trata de un hombre rubio), pues este atrae a las mujeres hacia el mar, con lo cual terminan perdiéndose de este mundo. Ahora adulta, con estudios de periodismo, viaja a la selva, pero en su estadía, terminará por vivir una situación similar. Desde el inicio del relato el lector proyecta que el personaje vivirá una situación similar, con lo cual puede establecerse que el final del relato es en cierta medida, predecible.
La explicación a esta situación extraña e insólita se debe a la locura. En ese sentido, no hay una transformación (una metamorfosis del “bufeo” amazónico en hombre o viceversa), en ese sentido el narrador prefiere una construcción realista, deslizando así la posibilidad de la locura (con lo cual el miedo o terror sobrenatural no es plenamente producido) como explicación a los hechos en apariencia sobrenatural. Estas extrañezas, confusiones, suposiciones y ambigüedades que se generan en los pensamientos del personaje son lo mejor del relato.
Llama la atención la denuncia “ecológica” explícita en el relato. De otro lado, también que progresivamente el personaje vaya perdiendo su cultura (preferencia por lo crudo y no por lo cocido) conforme avanza el tiempo de estadía en la selva. Esa pérdida de la “cultura” tiene conexiones con textos como El señor de las moscas de William Golding; y el “llamado” final a la protagonista, definitivamente, a Dagon de H.P. Lovecraft. Esa ruptura entre pensamiento y acción resulta también conflictiva.
Finalmente, la selva se construye como otro logos: esos “hechos” solo pueden ocurrir “allá”, lejos de la civilización y urbe limeña, con lo cual se reafirma cierta mirada “orientalista” (si es posible aplicar este concepto), aunque la resolución de lo “sobrenatural” bajo la explicación realista a su vez, niega ese posibilidad, reduciéndolo a pura especulación y a la creencia popular.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
lunes, 20 de junio de 2011
viernes, 17 de junio de 2011
José Donayre. Haruhiko & Ginebra. Lima: Edición del autor, 2008. [12 pp.]
José Donayre. Haruhiko & Ginebra. Lima: Edición del autor, 2008. [12 pp.]
Obra maestra ****
Muy buena ***
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Después de haber dado por perdida esta nouvelle –vuelta ahora a poner en mis manos–, planteo algunas ideas sobre Haruhiko & Ginebra, novela brevísima en doce partes de José Donayre (Lima, 1966). Se trata de una novela de amor, pero un amor cuyo móvil se encuentra en el azar (como usualmente ocurre), es decir, el amor como un sentimiento no programado. Este amor entre Haruhiko & Ginebra parece estar basado en la lealtad (“Sé fiel hasta la muerte”, como se señala en el libro del Apocalipsis), pero también al sometimiento. La relación no puede ser más insólita: Haruhiko, un obrero y lector de libros fabulosos (guiño a Cervantes y El Quijote); Ginebra, hija de la violencia y prostituta.
Estos elementos, que podría servir como marco para el desarrollo de una novela bajo un registro realista, adquiere en esta novela visos alegóricos, que van desde los códigos de las novelas de caballería a lo fantástico. En el prostíbulo llamado “La salamandra”, Ginebra ve a su amado en medio de presencias fantasmáticas que se disuelven para luego adquirir corporalidad y materialidad cuando ella empieza a ser golpeada. La idea podría ser que cuanto más distantes están los otros, menos “realidad” poseen para quien los percibe; mientras que cuando uno es “tocado”, éstos nuevamente cobran vida. El otro existe no en la medida en que me interpela sino en la proximidad de su cuerpo.
En ese contexto es que Haruhiko es una suerte de caballero medieval que libera de su prisión (el prostíbulo) a la bella Ginebra, que adquiere la forma de un ser sagrado (elemento presente en otras representaciones del autor). La liberación de Ginebra es insólita: el guardián se desmaya con el susurro de unas cuantas palabras de Haruhiko.
Haruhiko posee como valor a la memoria; Ginebra, en cambio, apenas tres fotografías que registran igual número de momentos de su vida (aquí es inevitable advertir el guiño a El cuerpo de Guilia-no de Eielson, que planeta la imposibilidad de captar el instante; pero también a Hegel: tesis, antítesis y síntesis). Haruhiko es el “realista” a diferencia de Ginebra que requiere de la “magia” material que crea la “ilusión” de bienestar.
El amor entre ambos se asemeja al erotismo sagrado del que hablaba Bataille. Pero, además de la fusión con lo sagrado (expresado en Ginebra) se trata más bien de fusionar dos tradiciones culturales: la oriental (Haruhiko) con la occidental (Ginebra). Una fusión que supera ambos paradigmas por un tercero o nuevo, que constituye a su vez, una unidad.
El narrador señala que para Haruhiko “(…) la realidad es una prolongación relativamente irreal de sus sueños y fantasías” [p.5]. Con ello, el narrador plantea que no hay límites entre la vigilia (razón) y el sueño, con lo cual (sin llegar al solipsismo), cada sujeto lee y ve el mundo desde su punto de vista. Superado este punto, podríamos decir que no hay realismo así como tampoco hay fantasía, o mejor aún, que lo fantástico es una ficción, así como el realismo es otra ficción, que no existe una sola realidad sino múltiples realidades y que ambas son –finalmente– solo invenciones o representaciones del mundo.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
L. T. Moy. Alex Gubbins y los piratas del espacio. Lima: Arkabas, 2010.
martes, 14 de junio de 2011
Gustavo Rodríguez. El chullachaki en la otra selva. Lima: QG editores, 2011. 48 pp. (Colección Sobrenatural del diario Correo, 2011)
Gustavo Rodríguez. El chullachaki en la otra selva. Lima: QG editores, 2011. 48 pp.
Obra maestra ****
Muy buena ***
Buena**
Regular *
Desde los libros de viajeros en el siglo XIX, la selva siguió siendo representada como el lado salvaje, ya sea como mundo agreste en Tarzán, creado por Edgar Rice Burroughs, pasando por una larga lista de construcciones de ficción. La selva ha servido como la representación del espacio radicalmente opuesto al de la ciudad: la selva como espacio del caos y de la irracionalidad, de lo salvaje y bárbaro, frente al logos urbano. Evidentemente se trata de códigos y formas que construyen un universo de ficción que definitivamente poco o nada tengan que ver con la realidad. ¿Pero qué ocurre cuando irrumpen estos seres populares fantásticos de la selva peruana en la ciudad de Lima? Algo de esto ocurre en El chullachaki en la otra selva de Gustavo Rodríguez (Lima, 1968).
La idea es buena, mejor aún, magnífica, no solo porque nos hace pensar que no solo nuestros políticos pueden llegar a tener el estatus de monstruos (pienso en el Museo del Horror, que me comentaba mi amigo Pepe Güich, que necesariamente tendría que tener a ciertas figuras del espectro político actual), sino que partiendo de nuestro propio contexto cultural podemos también engendrar monstruos, claro está dentro de nuestro imaginario popular que quizás algún día alcancen el estatus de Jason (Viernes 13), Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street) o de Michael Myers (Halloween). ¿Qué tan importante es para una tradición local de narrativa de terror y horror tener a sus propios monstruos? Dejo la respuesta ahí.
Con un estilo más o menos clásico dentro de la tradición del terror (Poe es figura suprema), Rodríguez apela a los detalles, a la sensorialidad de los objetos para provocar espanto, dentro de una estética ya bastante añeja como el relato de terror: la fealdad física exterior como expresión de la maldad interior (claro paralelismo del monstruo); la noche como espacio propicio para lo imposible y terrorífico; la metamorfosis; el acecho del monstruo a su víctima; los ojos como ventana del alma (dixit: la mirada perturbadora en “Los ojos de Lina” de Clemente Palma); la imagen de la madre como protectora; el restablecimiento del orden y el triunfo del bien sobre el mal.
La escena del acecho –con su suspensión del tiempo– funciona bastante bien, con referentes –digo– a films como Constantine (el apagón) o Terminator 2 (por medio de la pregunta se descubre a la máquina suplantadora de la madre, en la escena de la caseta telefónica), al igual que la suma de los detalles (la combi que aparece al inicio). Solo agrego que la modernidad (chicha) expresada en la combi, acabará en este relato con el monstruo, cosa que no es casual. Incluso en la última escena, cuando uno de los clientes elige un sándwich en reemplazo del ahora ausente menú selvático, tampoco es casual. Esta otra selva (la urbana) termina por aplastar a la real, haciéndola invisible y alejándola. En esta ciudad, nuevamente, es imposible la existencia de un ser como el chullachaki: la “combi justiciera” hizo –en este caso– el resto.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
sábado, 11 de junio de 2011
Colección Sobrenatural del diario Correo.
Desde el próximo martes, se anuncia la edición de esta colección titulada “Sobrenatural” (plan lector). De los ocho autores, al menos cinco tienen producción anterior adscribible a lo fantástico y al terror: Sandro Bossio, Jorge Eduardo Benavides y Dante Castro, este último quien algo había adelantado ya en su libro Prosas paganas del 2004 ("Jacinto Espuelas sigue rondando", "El fraile de la moneda"). Se añaden a Javier Arévalo y Fernando Ampuero, cultores del relato policial, con su respectiva cuota de misterio y suspenso. Completan la serie autores de corte realista: Rodrigo Núñez Carvallo, Enrique Planas y Gustavo Rodríguez. Si bien los territorios de lo fantástico y del terror son libres, consideramos que existen muchos otros autores de fuste, que perfectamente podrían integrar esta colección que de seguro nos depara más de una sorpresa. Celebramos de antemano esta nueva colección más aún si sirve como plataforma para que la producción local de estos géneros sea más difundida y concite interés en los lectores.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Carlos Enrique Freyre. Desde el valle de las esmeraldas. Lima: Estruendomudo, 2011. 195 pp.
Carlos Enrique Freyre. Desde el valle de las esmeraldas. Lima: Estruendomudo, 2011. 195 pp.
La novela de Carlos Enrique Freyre (Lima) se inserta dentro del ciclo narrativo de la violencia política del conflicto armado interno que desangró al país en los años 80 y 90. Tal como se plantea, pretende ser una visión desde la perspectiva del militar en la zona de conflicto en los años 90: la selva peruana, sobre todo. Es decir, no se trata de un ejercicio ficcional absoluto sobre el que se ha elegido narrar desde una perspectiva específica. En este caso se trata de las memorias de un militar que participó en diversas incursiones militares. Freyre, además de narrador, es de profesión militar, así que probablemente no solo se trate del testimonio recogido a partir de la versión de primera fuente de otro oficial sino que su condición ha sido favorable para ponerse en el lugar de aquel.
Así, la novela se inicia con una imagen brutal: la violencia contra una mujer. Pero el recuerdo de otra mujer (Isolina), aparecerá cual fantasma por el recuerdo de la voz narrativa principal, el recuerdo del amor imposible, en un espacio semejante al infierno. Allá en la selva, el conflicto parece reducirse a acciones militares que casi siempre tienden a la extinción de la vida humana. Lima continua siendo indiferente a esta violencia. De ahí también la necesidad en creencia de Dios como alternativa para mantenerse con vida.
Los detalles también ayudan a no convertir la novela en una serie de espera y contraataque. En un momento, tras regresar de una incursión se lee en una camiseta de ex soldados un tema alusivo: “merezco el cielo porque vengo del infierno” (89). Entonces se trata del infierno humano, surgido de decisiones erradas. La novela está muy bien narrada (con saltos temporales que hacen fluir la narración) y su principal aporte consiste en preguntarse cómo recordamos y para qué. Acaso para sobrevivir, acaso para que no se vuelva a repetir esta situación atroz. Quizás un ser humano solo conserva recuerdos y a la vez existe la posibilidad de que estos sean distorsionados. En este caso, la memoria sirve para ser más que humanos, demasiado humanos.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
domingo, 5 de junio de 2011
sábado, 4 de junio de 2011
José Manuel Balta. De lunes a Marte. Lima: Casatomada, 2011. 84 pp.
José Manuel Balta. De lunes a Marte. Lima: Casatomada, 2011. 84 pp.
José Manuel Balta (Lima, 1982) nos entrega su opera prima. Balta ha decidido transitar por los caminos de la fantasía y la cf en este libro de cuentos. El cuento que da nombre al libro se mueve dentro de los objetos mágicos. En este caso, un viejo baúl que contiene un manuscrito. El texto anuncia las causas por las cuales ese otro mundo llegó a su fin. El personaje hará todo lo posible para advertir el peligro (contaminación, Tercera Guerra Mundial) pero será inevitable. Hay un alegato ecológico y una tendencia hacia lo “políticamente correcto”. Esta última característica aparecerá en otros de los relatos, que hacen que éstos resulten algo previsibles.
“La habitación clausurada” contiene una atmósfera extraña y de terror que se va diluyendo para dar paso a la cf. El final abierto del relato le da mayor poder dentro de la fantasía. “La condena del ermitaño” y “El manzano” parecen contener imágenes de La fuente de la vida de Aronofsky (en la metamorfosis del hombre en vegetal y en la fuente en sí); en “Micaela”, parece haberse influenciado en el film Martín de George Romero, no solo por el mismo nombre del personaje sino por la temática del doble.
Otros relatos son de construcción mítica (“La hija del mar”, “El estruendo de los Amaruru”) o de la propia cf (“El umbral del universo”, “El pájaro humano”). Quizás los mejores relatos sean los de menor extensión, en donde el autor puede condensar mejor los elementos propios de lo fantástico y la fantasía (“El torturador” es uno de los mejores del libro). Llama la atención no solo que muchos de los personajes estén a caballo entre la adolescencia y juventud, más aún, que se reiteren ciertas imágenes de la vida cotidiana, que desmerecen en algo el sentido de los relatos. Pese a ello, no dudamos en señalar que nos encontramos frente a un novel escritor de gran imaginación y potencial.
Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola
Iván Bolaños. El sector Milian. Lima: Ediciones SM, 2010. 250 pp.
LITERATURA FANTÁSTICA PERUANA: MUNDOS IMPOSIBLES
Elton Honores. Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana.
Lima: Cuerpo de la metáfora editores, 2010. 255 pp.
ISBN: 987-612-45440-1-9
Lugares de venta en Lima:
Librería El Virrey
Bolognesi 510 - Miraflores
Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar
Av. Benavides 3074, La Castellana - Miraflores.
Teléfonos: 449 0331 - 216 1029
E-mail: celacp@wayna.rcp.net.pe
Fuera de Lima y en el exterior:
Librería Inestable
de Carlos Carnero
Venta de libros por Internet
http://www.iberlibro.com/carlos-carnero-figuerola-lima/50970115/sf
e-mail:
carlos_carnero_figuerola@hotmail.com
Algunas opiniones del libro:
Mundos Imposibles es un trabajo muy rico, de mucha información, ya se ha dicho, de pretensiones incluso enciclopédicas y que sigue en ese sentido la tradición de los maestros fundadores del campo de los estudios literarios en el Perú, que fueron ante todo historiadores. Es así mismo un trabajo ejemplar desde el punto de vista académico que se ha concentrado con intensidad erudita admirable en establecer el estado de la cuestión, en indagar en todas fuentes posibles y en estudiar en concreto los textos más representativos. Con este libro se abre un nuevo horizonte de reflexión en el campo de la literatura peruana, que es aquel que no solo se empeña en el estudio de una tendencia aparentemente subordinada, sino que a la vez señala nuevos recorridos, por ejemplo, el que corresponde a la literatura de terror, en general a todas aquellas expresiones literarias que se relacionan con el universo de la ficción y la fantasía, que agrupa un vasto imaginario de toda suerte de sueños, pesadillas, imaginaciones perversas, visiones diversas, y lo que es más importante al mismo tiempo pone a prueba o interpela al realismo.
Santiago López Magüiña
Universidad de Lima
Mundos imposibles es un libro provocador, que evidentemente quiebra la tradición convencional, de los autores que estudia, incluso de lo que entendemos por el canon narrativo peruano. Estamos imbuidos de una mirada convencional que establece ese canon a partir del paradigma mimético-verosímil que pensarlo desde lo fantástico o asignarle un espacio central en la narrativa moderna desde sus dinámicas y textos fantásticos es un verdadero desafío conceptual.
Marcel Velázquez
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana de Elton Honores es uno de los libros de crítica literaria destacables del 2010 (Fuente: El Comercio, Sábado 1 de Enero de 2011, C12.).
Ricardo González Vigil
Pontificia Universidad Católica del Perú
El ensayo de Elton Honores, supone una aportación decisiva para la historia de lo fantástico en la literatura peruana, donde el realismo siempre ha sido asumido como una propiedad esencial de la misma. Centrado en la década de los 50, y sin negar el paradigma realista dominante en el periodo estudiado, este ensayo revela la riqueza de la narrativa fantástica peruana a partir del examen detallado de la obra de cuatro excelentes autores: Luis Loayza, Luis Felipe Angell, Edgardo Rivera Martínez y Alfredo Castellanos. Un estudio, en definitiva, imprescindible no sólo para conocer la obra de algunos de los autores fantásticos más sobresalientes, sino también para adentrarnos en una parte decisiva, poco conocida y fascinante de la historia de la literatura peruana.
David Roas
Universidad Autónoma de Barcelona – España
Mundos Imposibles propone una reinterpretación de una sección vital del canon literario peruano y concluye que en el pasado del país de los incas existen más relatos fantásticos de los que se suponen. Afirmar esto, por otra parte, es afirmar que existen “Perús escondidos” que la historiografía dominante no había detectado; es aseverar que no existe una “literatura peruana”, sino múltiples “literaturas peruanas”; es postular que las letras peruanas son más diversas de lo que se había planteado; es proponer que la realidad literaria del Perú es más compleja de lo relatado por las simplificaciones historiográficas al uso.
Campo Ricardo Burgos López
Universidad Sergio Arboleda – Colombia
Elton Honores cree en la existencia de una tradición fantástica peruana, al margen de todas las vicisitudes que debió atravesar antes de consolidarse y emerger lentamente desde la década de 1950 hasta nuestros días. Ya no diré más que tengo serias dudas de reconocerlo; por lo menos, estoy ahora convencido, gracias a este libro, de que nos hallamos ante una situación tan insólita como las planteadas en un cuento de Loayza o de Buendía: una suerte de tradición, no entendida como lo firmemente establecido por el sistema cultural, sino como una reiterada y planificada visita de autores a las parcelas de lo irracional y de lo desconocido. En suma, una especie de pasadizo secreto que corre invisible, al lado de los caminos hegemónicos de nuestra literatura.
José Güich Rodríguez
Universidad de Lima
Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana imagino que constituyó un doble reto para Elton Honores: confirmar una hipótesis pero, sobre todo, demostrar lo supuestamente indemostrable, lo que muchas vacas sagradas se han empeñado en enrostrar como frutos del desvarío, nimiedades ficcionales o extravagancias literarias sin importancia artística ni trascendencia cultural. Este investigador en un aparente ejercicio fantástico ha hecho aparecer de la «nada», del vacío de una chistera negra, el blanco conejo de la tradición fantástica peruana. Parece magia. Semeja un milagro. Se alza como un prodigio inexplicable e imposible de creer, pero es y está. Y es porque el autor de esta obra fue más allá de la apariencia y está porque siguió su voz interior. Y ahora, ante nuestros ojos, nuestro conocimiento de la realidad, de lo real y verificable mediante la razón objetiva, se ha ampliado. Se ha modificado para bien. Con Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana estamos más cerca de la verdad y esto sí que es digno de celebrarse.
José Donayre
Escritor, periodista y editor
Mundos imposibles es, sin duda, estimulante porque produce más dudas que certezas y en ocasiones no solo intenta explicar las extrañezas y curiosidades de lo fantástico en la literatura de los años 50 en el Perú, sino que también origina sus propias extrañezas y curiosidades que animan el ejercicio de su lectura. Espero que Mundos imposibles cause interés en periodistas, en críticos y que podamos leer en periódicos o en revistas académicas un debate sobre este texto.
César Silva Santisteban
Escritor
[…] Sería difícil enumerar todas las aproximaciones teóricas en torno a lo fantástico nacional que pueden encontrarse en diversas publicaciones académicas. Pero si hay un estudioso que revoluciona silenciosamente la recepción y las investigaciones sobre lo fantástico, es Elton Honores. Honores, egresado de San Marcos, cuya tesis El cuento fantástico en la narrativa del cincuenta ha sido publicada recientemente en forma de libro, tiene una encomiable labor creativa y ha contribuido decisivamente a la organización de los Coloquios Internacionales de Narrativa Fantástica, en 2008, 2009 y 2010 […](Publicado en El Peruano. Lima, martes 1 de marzo de 2011, p. 23).
Daniel Salvo
Escritor y periodista