jueves, 5 de marzo de 2015

Yeniva Fernández. Siete paseos por la niebla. Lima: 2015. Inédito.


Yeniva Fernández. Siete paseos por la niebla. Lima: 2015. Inédito.
Obra maestra ****
Muy bueno
Bueno
Regular

 


            Con este segundo libro, Yeniva Fernández (Lima, 1969) ha escrito una verdadera obra maestra de la narrativa fantástica peruana contemporánea. La madurez alcanzada por la autora respecto de su primer libro es notable. Ya en Trampa para incautos (2009) se notaba un abordaje hacia las formas del cuento fantástico y extraño, algunos de gran factura, frente a otros aún por pulir. Luego de cinco años, Siete paseos por la niebla, ella confirma sus dotes como narradora, dueña de un universo propio, cuyos personajes poseen una interioridad rica en matices.

            “Rutka o la historia de algunas flores extrañas” cuenta la historia de una extraña niña polaca y su relación de amistad con la narradora. Rutka es un ser extraño (y esa será una característica constante de los personajes) que recibe el odio de sus compañeras de clase. El universo infantil se muestra agresivo y violento, como el mundo de los adultos. Pero Rutka es ante todo un antiguo ser mágico que en la modernidad debe ocultarse y vivir, junto a su tía, como simples ciudadanas. La reminiscencia a la antigua condición femenina como ser sagrado se revela en una dimensión que está más allá del tiempo humano.

            “Una noche en Las Dalias” se concentra en la vida interior de Natalia, joven asediada por sus amigas, por la necesidad de tener pareja y el consiguiente matrimonio. Ante este acoso, ella se inventa un pretendiente, que al final del relato adquiere forma y dimensión física real. Es decir, el deseo de Natalia termina por hacerse carne, el fantasma (la sombra) entra en contacto con ella. La fantasía femenina es tan poderosa que puede hacer real cualquier deseo. El mundo complejo de la mujer madura está lleno de tensiones, conflictos, órdenes, que cuestionan su condición e identidad.

            De estructura policial y apelando a las cajas chinas, “Persona desparecida” cuenta la misteriosa desaparición de Jorge, en la voz de Adela Lozano, amiga y amante temporal de Jorge. De lo narrado a la vez por Jorge (nueva caja china) se desprende que Jorge tuvo un extraño amorío en París con Sara, quien se revela como ser vengativo pero también sobrenatural, capaz de transformarse en una gata, que demanda un amor exclusivo y total de su amante. Las circunstancias amorosas de Jorge impedirán esa exclusividad y ya en Lima, Jorge sufrirá las consecuencias de engañar al objeto amado en París. La transgresión tiene aquí una sanción, por ello la estructura del cuento es tradicional. Si bien hay un retorno a la normalidad, esta es pasajera o relativa, pues más allá de la desaparición de Jorge, aún hay indicios de la existencia de Sara como ser sobrenatural.

            “Con Yolanda en el acantilado”, narra la amistad entre Yolanda y la hermosa dama de traje blanco, ser invisible, evanescente ligado al mundo de la naturaleza. El cuento simboliza a las mujeres como seres de niebla, de bruma, ligadas a la naturaleza, dueñas de un mundo cerrado, pero compartido entre sí mismas, al borde de la muerte.

            “La pequeña compañía” alude a la presencia siniestra de un conejo, especie de amigo imaginario de la niña María Fe, en una zona de provincias. Lo que al principio parece propio de la imaginación infantil se transforma en algo diabólico y real, a la vez que manifiesta antiguas prácticas de los abuelos de la niña. La figura del conejo está más alejada de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll y más cerca de la de Donnie Darko de Richard Kelly. Además, la estructura nos recuerda a “Marita en el parque” de José B. Adolph. Asistimos en el cuento de Fernández a un final que castiga la transgresión del pasado.

            “Antes que caiga la noche” anuncia el reino de la felicidad, posible solo por el acceso al mundo animal y de la naturaleza. Como en los cuentos de Cortázar, digamos “Axolotl”, la voz de la narradora ha sufrido ya la metamorfosis, luego de su viaje a antiguas ruinas en Europa, tras lo cual ha desaparecido para convertirse en una gata. Lo extraño no es la metamorfosis en sí sino que esa zona de confort, ese paraíso se ve en peligro por la violencia humana, lo que lleva a la narradora a buscar protección con sus antiguos amigos.

            “En memoria de Evelina” narra la historia de un amor trágico, pues supone la posibilidad de la reencarnación de la antigua amante en una niña llamada Evelina. Nuevamente, el mundo infantil del personaje se ve trastocado de modo progresivo por el apoderamiento del espíritu de Celestine, mientras que Daniel Pinto, músico venido a menos, se ve subyugado, dominado y perturbado por el retorno de su antigua amante encarnada en la niña. La obscenidad de ese amor no puede tener otro final que la tragedia y el retorno a un orden aparente. Apoyado en la técnica de las cajas chinas, el cuento tiene una atmósfera a “Silvio en el Rosedal” de Ribeyro y un homenaje a Adolph a través de su personaje Joseph Adolph.

             Podemos concluir que en los cuentos de Siete paseos por la niebla (cuya influencia de Edgardo Rivera Martínez es notable) lo siniestro es algo que se intuye y se espera; que lo maravilloso coexiste con la realidad; que los personajes que habitan este libro son singulares, pues se sienten extraños, desarraigados, como no pertenecientes a este mundo; que el amor es el eje del libro, pero no es amor transparente sino un amor en la bruma, en las tinieblas (un amor que implica la idea de familia o las relaciones interpersonales, es decir, el mundo de lo privado); y que la presencia de lo femenino mantiene su vinculación con el mundo de la naturaleza y lo irracional. Situaciones imprevisibles confluyen en lo fantástico, en el que el mundo infantil roza lo siniestro, lo imposible y el caos. Para aquellos que dudan de la existencia de una tradición femenina de lo fantástico, este libro es una prueba irrefutable de una de sus principales exponentes y como unidad es simplemente extraordinario.

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

martes, 3 de marzo de 2015

Tomás Béjar R. Y deus dijo. Lima: edición del autor, 2014. 122 pp.


Tomás Béjar R. Y deus dijo. Lima: edición del autor, 2014. 122 pp.
 
Obra maestra
Muy buena
Buena **
Regular


La ciencia ficción cobra mayor interés en los nuevos narradores. Este es el caso de Tomás Béjar (Lima, 1973), diseñador gráfico, guionista y comunicador audiovisual del Instituto Charles Chaplin, quien ha escrito la novela Y deus dijo. Esta es una ópera espacial ambientada en un futuro postapocalíptico del 2237, en el que gran parte de la humanidad terrestre ha desaparecido producto de la colisión con el cometa Halley. La novela sigue los códigos del género espacial: aventuras, algo de romance y sobre todo la presencia de ese universo masculino de violencia.

A diferencia de otra opera espacial reciente de Carlos de la Torre (Los viejos salvajes, 2012) en el que los espacios claustrofóbicos eran llevados al paroxismo para provocar angustia y terror en los tripulantes, en la novela de Béjar, irrumpen algunos diálogos costumbristas, que por un lado revelan un carácter local (frases, lenguaje, giros lingüísticos), y por otro, cierto desencuentro con lo que podría ser un mundo futuro.

A pesar de ciertas faltas ortográficas y una mirada conservadora hacia la mujer como objeto de deseo, que refuerza estereotipos; encontramos aciertos en la novela. La potencia de ese mundo futuro, es decir, la trama es notable. La sociedad denominada “Nuevo Mundo” es atacada por los anarquistas del puño y el trueno, liderados por Arquímedes Amaru. La lucha es por el conocimiento. Hay una reminiscencia al terrorismo ochentero en Arquímedes enfrentado a una sociedad utópica del “Nuevo Mundo”, que no hace otra cosa que destruir el planeta, para seguir un plan maestro que reivindica la existencia de Dios (sobre la base de un espíritu que habita una moderna máquina).

La trama propone giros al lector en dos líneas principales: el personaje principal, al inicio de la novela, pasa a un segundo plano; y los “malos” liderados por el anarquista Arquímedes (con cierta aire al Capitán Nemo de 20 000 leguas de viaje submarino de Verne) se revelan al final como los “buenos”. La fantasía de reinstalar a Dios como guía de la nueva sociedad se reduce a polvo, tras el sacrificio de Teseo y su amigo Roldán. Podemos entender que reinstalar a Dios en la sociedad resulta un fracaso, porque la humanidad misma termina por autodestruirse. De otro lado, desde la perspectiva humanista, Dios ha pasado a un segundo orden, por ello no existe en el hombre moderno el ámbito de lo metafísico.

De estilo visual, Y Deus dijo es una novela que toma elementos de la tradición cinematográfica del género de CF de modo claro, desde Alien y Star Wars, hasta filmes más recientes como Matrix o Sector 9. Creemos que esta novela es un intento serio de ofrecer una trama sólida del género, matizada con aventuras espaciales y un final irónico y triste, adolphiano, que reescribe la historia de lo que podría acontecer a la humanidad. Béjar se suma así a los cultores del género de CF liderados por autores como Daniel Salvo, Carlos Saldívar, Tanya Tynjälä, Adriana Alarco de Zadra,...

 

Elton Honores

Universidad Nacional Mayor de San Marcos